Ausencia del Estado en frontera agota la paciencia de Brasil

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Ref. Fotografia: Operación. La medida ya ha dado resultados otros años para frenar el narcotráfico y el contrabando al Brasil, entre otros ilícitos.

La medida adoptada por la presidente del Brasil, Dilma Rousseff, de reforzar el despliegue de militares en la frontera con cuatro países vecinos entre ellos Bolivia, expone una vez más las falencias del Gobierno boliviano para fijar presencia en sus límites y evitar el flujo de narcotráfico, contrabando e inseguridad a países vecinos.

Esta es la percepción que tienen tres analistas políticos y expertos en relaciones internacionales que fueron consultados para el presente artículo, quienes creen que estas problemáticas están por acabar con la paciencia que ha tenido el país carioca considerado como la sexta potencia económica del mundo.



Al menos esta es la percepción que deja una octava operación con el despliegue de más de 10.000 efectivos, además de aviones, helicópteros, barcos y vehículos blindados, para frenar el tráfico ilegal de armas, explosivos, mercancías y drogas del país y otros vecinos.

Un antecedente más en la lista. Para la analista internacionalista, Roxana Forteza, la medida deja una vez más a la vista la mala imagen que tienen  de Bolivia, en otros países, principalmente con los fronterizos, donde existen serias debilidades para enfrentar problemas de inseguridad, contrabando y narcotráfico.

Si bien la experta es consciente de que no es la primera vez que Brasil adopta esta medida, afirma que estas acciones no han generado aún un efecto positivo en el país, que según su percepción no ha logrado superar el problema del narcotráfico, problema que de a poco está pasando las facturas al Gobierno nacional.

«Creo que no se ha logrado superar el narcotráfico y el contrabando, lo que pone en riesgo relaciones con el Brasil  que es la potencia de Sudamérica, nuestra relación debe ser de lo más nutrida y esto implica que hayan acciones que no expongan estas relaciones aunque Bolivia, es prácticamente vista como un narcoestado, con serios problemas precisamente en la frontera con este país» señaló.

De acuerdo a lo que manifiesta, las medidas pueden llegar a extremarse y poner en riesgo las relaciones que existen con el país, tomando en cuenta que hay serias debilidades para el control fronterizo por parte de Bolivia donde la presencia del Estado es prácticamente nulo.Hay más control hacia Bolivia Si bien el analista, Emilio Martínez,  afirma que no es la primera vez que Brasil realiza la Operación Ágata, hace notar que  este año el operativo se concentra mayormente en municipios colindantes con Bolivia, poniendo en evidencia el crecimiento del narcotráfico desde nuestro país hacia la nación vecina.»Este es un síntoma más del fracaso del gobierno de Evo Morales en la lucha contra la producción y el tráfico de drogas, lo que incluye un débil control territorial sobre las fronteras porosas que permiten el paso de grandes cargamentos de cocaína», señaló.No obstante, el experto señala que los casos de transporte de droga a bordo de camiones cisterna contratados por YPFB para la exportación de combustible a la Argentina,  puedan ser una de las razones para que se haya acatado la medida «Desde mi punto de vista este es el fenómeno que Brasil debe estar buscando evitar en su territorio, afirmó.Más presión y menos paciencia.  Desde el punto de vista del analista Marcio Aranda, en las medidas adoptadas por Brasil hay elementos que tienen que ver con la seguridad en la frontera con Bolivia y por los sinnúmeros de sucesos de inseguridad en los límites del orden criminalístico de ciudadanos bolivianos y brasileños que cometen delitos y otros ligados al narcotráfico y contrabando.»Esta medida agarra las dos cosas el tema de la seguridad por los temas criminalísticos que se han vuelto normal y el incremento del narcotráfico, actualmente la presidente está siendo muy cuestionada y su índice de popularidad ha sido uno de los más bajos de los últimos años por el tema de problemas externos, esto hace que tome medidas como el de las fronteras donde está el crimen organizado», manifestó el experto.»Si las relaciones entre ambos países han sido buenas, la paciencia se puede ir agotando, tomando en cuenta los sucesos recurrentes que opacan a Bolivia no solo en temas de seguridad y economía, sino también políticos», complementó.AcciónLa medida inicia desde el 2011 para frenar ilícitos La Operación Ágata 9 es la responsabilidad del Ministerio de Defensa, bajo la coordinación de las Fuerzas Armadas Conjuntas, junto con la Armada, el Ejército y la Fuerza Aérea. Ágata fue establecida por un decreto de la presidente Dilma Rousseff, en 2011 bajo el Plan Estratégico de Fronteras (PEF). Los países vecinos fueron informados de la acción militar y enviaron observadores a la capital de Mato Grosso do Sul.Uno de los objetivos es intensificar la presencia del Estado brasileño a lo largo de las zonas fronterizas, lo que contribuye a la lucha y la reducción del ilícito transfronterizo como el contrabando, el tráfico de drogas, personas, armas y municiones, la explotación sexual, la evasión fiscal, delitos ambientales, robo de vehículos, la minería ilegal, entre otros.Fuente: www.eldia.com.bo