The New Yorker y el caso Nisman: “¿Una conspiración mortal en Buenos Aires?”

thenewyorker-nisman-cristina.jpg_1328648940La prestigiosa revista publicó un extenso reportaje sobre la muerte del fiscal especial para la AMIA. Antes, Cristina difundió, completa, la extensa entrevista que mantuvo con el periodista Dexter Filkins. El artículo, sin embargo, usa distintas fuentes y no se centra en la figura de la Presidenta.Luego de que la presidenta Cristina Kirchner revelara este fin de semana la transcripción del encuentro con el periodista Dexter Filkins, ganador de un premio Pulitzer, para The New Yorker, la revista publicó hoy el reportaje bajo el título: “¿Una conspiración mortal en Buenos Aires?” (¿A deadly conspiracy in Buenos Aires?), exclusivamente sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman.En el extenso informe, se describe a Nisman como “un hombre vanidoso y meticuloso de 51 años, con un gusto especial por la llamativa vida nocturna de Buenos Aires”. También destaca que mientras investigó el caso por el atentado a la AMIA “viajó con frecuencia a los Estados Unidos para obtener la ayuda de funcionarios de inteligencia y de miembros del Capitolio”.Tanto la investigación, la acusación de vinculación del grupo militar Hezbollah y el pedido de captura de funcionarios de Irán relacionados con el atentado a la mutual judía “lo convirtieron en una celebridad. Tanto que Nisman invirtió en lentes de contactos azules y se aplicó inyecciones de Botox”, señala la revista.El artículo también resalta las sucesivas denuncias de los Kirchner sobre el atentado en la Asamblea de Naciones Unidas y luego el sorpresivo acuerdo con el gobierno de Irán para avanzar con la investigación. “Mientras muchos argentinos celebraron los avances diplomáticos de Kirchner, Nisman le dijo a sus amigos que había sido traicionado al cerrar un acuerdo con los iraníes”, dice el artículo. Luego vino la denuncia de encubrimiento de Nisman contra la Presidenta, y también las amenazas.Pero la nota periodística no sólo se basó en la muerte del fiscal sino que describió las relaciones políticas y comerciales de la Argentina con Irán desde el gobierno de Raúl Alfonsín (1983) hasta la fecha, deteniéndose especialmente en los gobiernos de Carlos Menem y en los de Néstor y Cristina Kirchner.Y específicamente sobre la Presidenta, The New Yorker resalta lo publicado por los cables de Wikileaks en los que diplomáticos estadounidenses la describieron con “un comportamiento agresivo y una clara obsesión por su apariencia. Ella gasta miles de dólares por año en los últimos modelos de moda, en inyecciones de silicona para su rostro y en extensiones de cabello para verse más joven”. También la revista se hace eco de un supuesto ‘apodo’ impuesto por los medios locales: ‘La reina del Botox’. Y también de que ella bromea en las entrevistas asegurando que “nació maquillada”.“Durante el último tiempo, Cristina Kirchner se volvió más dictatorial, y, de acuerdo a medios sensacionalistas, más corrupta”, dice el informe que roza la pelea del Gobierno con el grupo Clarín.En uno de los párrafos del extenso reportaje, el periodista advierte que “es posible que Nisman haya sucumbido ante un tormento privado desconocido hasta por sus más cercanos allegados”, aunque aclara que “hechos básicos sobre su muerte siguen sin poder explicarse, como la ausencia de pólvora en sus manos, o de huellas digitales de Diego Lagomarsino, su asistente informático, en el arma. O cómo la evidencia acumulada en la investigación fue tan descuidada hasta el punto de ser casi inútil”.“Las semanas pasaron y la verdad parece tan elusiva como siempre. Una sucesión de los jueces, la mayoría de ellos leales a Kirchner, desestimaron la denuncia de Nisman. Kirchner, aunque políticamente dañada, sigue adelante”, dijo.El Cronista – Buenos Aires