Indígenas en el limbo

Alejandro Rebossio



Indígenas acampan como protesta en Buenos Aires. / Ricardo Ceppi



Unos 150 indígenas de la etnia nivaclé que viven en Argentina cerca del límite con Paraguay buscan que alguno de ambos países les dé un DNI, denuncia Leonardo Dell’Unti, militante de la Asociación para la Promoción de la Cultura y el Desarrollo (APDC). “Para los paraguayos, son argentinos y para los argentinos son paraguayos”, cuenta Dell’Unti. Algunos de los propios nivaclé recorrieron los más de 1.400 kilómetros que separan sus tierras en la provincia argentina de Formosa de Buenos Aires para acampar en la capital durante seis meses y reclamar allí el documento nacional de identidad y la propiedad comunitaria de esos terrenos. En una reunión a finales de agosto pasado, el Gobierno de Cristina Fernández de Kirchner les prometió que les darían el DNI a “algunos” de ellos, según cuenta el qom (etnia) Félix Díaz, líder de otro de los pueblos originarios que acampan en Buenos Aires.

Los nivaclé son seminómadas. Se instalan a vivir en ciertos lugares y recorren largos trayectos para cazar y pescar. Se extienden por la región chaqueña. En su cosmovisión, como en la de demás pueblos indígenas, no existen las fronteras. En Paraguay hay 15.000 y son reconocidos como una de las 17 etnias originarias de allí. En Argentina, el censo de 2010 contó 440 en Formosa y Salta.

Las autoridades salteñas los reconocen como pueblo originario de su provincia y las formoseñas no. En la tienda instalada en la Avenida 9 de Julio, en el centro porteño, el qom Díaz cuenta que en realidad en Argentina los nivaclé suman unos 1.600. Algunos de ellos acamparon con él el último medio año, pero regresaron a sus tierras la semana pasada tras la promesa de que obtendrían DNI.

La falta de DNI les complica el acceso a la sanidad, la educación, la tierra y la ayuda social

“Nosotros no tenemos DNI”, se quejaba el nivaclé Guillermo Barro en el camping en Buenos Aires. “Nosotros queremos la tierra para que tengamos nuestras plantas. Ojalá que nos reciba la presidenta [Fernández]. Nuestros abuelos están sufriendo porque nosotros estamos acá”, contó Barro, oriundo de Laguna Yema.

Los representantes de las cuatro etnias que acampan en la capital argentina (nivaclé, qom, wichi y pilagá) fueron recibidos en agosto por el secretario de Derechos Humanos del Gobierno, Martín Fresneda. “A través del diálogo con Fresneda, se consiguieron algunos DNI para jóvenes y adultos, no para todos, pero se avanzó”, destaca el qom Díaz.

En el siglo XX el Estado argentino buscó dominar a los nivaclé de Formosa. En 1904, un gobernador de la provincia, Lucas Luna Olmos, reconoció en una carta que no podía dominar el centro y oeste de su distrito por la resistencia de los también llamados chulupíes. En 1913 y en la década del 30 ocurrieron dos matanzas de nivaclé a manos de los gendarmes argentinos. Ante la persecución, muchos de ellos se mudaron a Paraguay o al borde del cambiante cauce del río Pilcomayo, que divide a ese país de Argentina.

“Los nivaclé se autoaislaron, pero necesitan DNI para que se los considere seres humanos, para acceder a la salud, la educación, el territorio, el agua”, cuenta Díaz. “Paraguay les había dado cédulas de identidad a algunos de ellos, pero Argentina solo les había dado a los niños. Entonces los padres no pueden tramitar la asignación universal por hijo, por ejemplo”, lamenta el líder qom.

En Formosa, Dell’Unti y otro militante de la APDC, Gustavo Núñez, cuentan que un joven nivaclé del paraje de El Potrillo está esperando que le den el DNI porque ha acabado la escuela secundaria y sin él no puede recibir el diploma de graduado. También relatan que cinco o siete miembros de la comunidad de Río Muerto habían hecho el trámite para conseguir el documento, pero esta semana fueron a buscarlos y no estaban listos. La espera continúa.

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Fuente: elpais.com