El Viceministro de Justicia del régimen de Evo Morales acaba de afirmar que los derechos universales son “una imposición del imperialismo”. El dislate viene a sumarse a otro parecido, perpetrado algún tiempo atrás por el vicepresidente Álvaro García Linera, quien atribuyó las preocupaciones ecológicas a una conjura colonialista contra el desarrollo de los países periféricos.En el fondo, se trata de una reedición de la vieja coartada “soberanista”, esgrimida por dictaduras de izquierda y derecha para cuestionar la “injerencia externa” cada vez que la comunidad internacional denuncia los atropellos contra sus ciudadanos.Esta concepción va de la mano con una de las consignas de la ALBA, como es la descalificación de los organismos interamericanos de derechos humanos (CIDH y CorteIDH), de los cuales dichos regímenes podrían llegar incluso a retirarse.Lo cierto es que la universalidad de los derechos parte de la premisa de que todos los seres humanos compartimos una misma dignidad esencial, algo que estos teluristas/endogenistas parecen relativizar en función de abstrusas categorías etno-folclóricas.Estamos ante un nuevo paso en el proceso de deriva hacia el autoritarismo que caracteriza a los gobiernos populistas “bolivarianos”. El desconocimiento de los DDHH debería encender una alerta roja a nivel global y acabar con romanticismos e ingenuidades sobre pretendidas “democracias comunitarias”…[email protected]