Bolivia digna y soberana


Foto Gary Rodriguez - OKGary Antonio Rodríguez Álvarez¿Cuántas veces escuchamos hablar de una “Bolivia digna y soberana”, casi como una consigna? Para muchos, con los profundos cambios sociales que se dieron en la última década, ya lo logramos. Para otros –entre quienes me inscribo– solo cuando Bolivia tenga una sólida y diversificada base productiva y su economía pueda salvar largos periodos de crisis, recién lo será.Hablar de dignidad suena bien y nos lleva a soñar con equidad y solidaridad, con opciones de progreso para todos los bolivianos; en cuanto a la soberanía, a vislumbrar un país que pueda autodeterminarse y decidir su futuro por sí mismo. Una Bolivia digna y soberana es un precioso cliché que en verdad nos debería entusiasmar a todos, sin embargo, ¿estamos haciendo lo correcto para lograrlo?Para ser un país digno debemos mejorar la vida de la población a través de empleos de calidad que sean sostenibles; fuentes de trabajo que sean formales para apuntalar una economía sana, con un mercado donde la competencia sea leal y nunca predatoria de los que están en la formalidad; con oportunidades productivas y comerciales para el indígena, el campesino y el obrero, así también para quienes cumplen la alta misión de crear empleo –los micro, pequeños, medianos y grandes empresarios–, los que, sin que nadie los obligue, arriesgan, invierten y generan riqueza en beneficio del país.En Bolivia habrá inclusión social cuando los diversos seamos iguales no solo ante Dios, sino también ante la Ley; será incluyente de veras, cuando no haya ningún cálculo político de por medio; cuando los ancianos no tengan que madrugar a las 3 de la mañana para ‘sacar ficha’ para el médico, ni la gente tenga que estar hacinada en los pasillos aguardando ser atendida o se muera mientras se programa un análisis al no contar con ingresos suficientes para una atención médica privada; cuando en Bolivia prime la Ley y se garantice la pacífica convivencia entre todos y nuestra gente se eduque, se capacite, se profesionalice y prospere por sus propios medios, entonces hablaremos de dignidad…Para lograrlo hay que invertir mucho más, formalizar la economía, cumplir las leyes a cabalidad, ampliar la producción y reinsertar a Bolivia al mundo con una competitiva internacionalización de la mayor cantidad de unidades productivas, pues en la exportación de bienes y servicios está la solución.Si la Bolivia digna y soberana solo será posible con una Bolivia productiva y exportadora, ¿a qué estaría usted dispuesto, para hacer realidad tan hermoso sueño?El Deber – Santa Cruz