Claci Aponte de Noboa: ‘Es imposible dejar de diseñar’

Madre y empresaria. La joven que vive fuera del país habla de su vida y sus pasiones. Trabajará en un proyecto de tejidos orgánicos.

Entre el teléfono,  su computadora y sus reuniones con las empresas, Claci Aponte de Noboa se derrite por sus tres amores; su marido Ignacio Noboa y sus pequeños Ignacito y Estéfano. Ella, que ahora se enfoca en promocionar proyectos de la comunidad boliviana internacionalmente, en octubre iniciará un proyecto inmobiliario en Estados Unidos, mientras que en febrero realizará un viaje a Perú para conocer un centro de tejidos orgánicos.



Sueña con el diseño.  La didáctica empresaria, que se define como leal, caprichosa, creativa, pausada y terca, es diseñadora de profesión y corazón, pero la maternidad la ha alejado, aún así confiesa que «es imposible que deje de diseñar. Todas las noches duermo con ideas en mi cabeza pensando que algún día volveré al gaje», confiesa. Buscadora incansable de la felicidad, dejó sus sueños por criar a sus hijos. «Creo que es importante que ellos sientan amor y atención. Ahí entendí a mi madre y pude comunicarme mejor con ella», cuenta. 

Con una vida hecha en Estados Unidos, extraña  las momentos increíbles que le regala la tierra donde nació. «Extraño mi familia, mis comidas, mi música, el carisma de mi gente, el charlar con la vecina, mis cafés con mis amigas, entre otras cosas», manifiesta.

Con amor venció barreras. Desde que se fue del país, a Claci le ha costado mucho salir adelante  en un país de 319 millones de habitantes. «Acá las cosas se logran con esfuerzo, el idioma es la principal barrera, pero cuando las cosas se hacen con amor no hay nada imposible», dice con gran entusiasmo. Para ella, que se indigna por la falta de motivación, un mal servicio y la gente que por criticar no avanza, el trabajo es importante «siempre y cuando te guste y no perjudique a nadie, peor si has notado que tu trabajo está perjudicando el desarrollo emocional o físico de tu hijo. Al fin y al cabo creo que el ser humano es bueno para muchas cosas y lo económico no es lo único que importa», detalló. 

A mil con sus proyectos y mucha conciencia en lo que hace. De viaje en viaje, la adorable madre estuvo recientemente por la capital cruceña, pero su agenda no para. «Me contactaron dos empresas de Perú que están trabajando con materiales orgánicos. El mundo ahora sufre demasiados daños con las fábricas que producen textiles y sus químicos, creo que no podés vestir una prenda que haga infeliz a la gente que trabaja en ella, o con una prenda que mata nuestro ecosistema», enfatizó la diseñadora.

Con una gran convicción de ayudar a su comunidad, también contemplan algunos proyectos con Sebastián Molina en pro del departamento cruceño.  

Claci, añade que en Santa Cruz hay mucho talento. Sin embargo, reconoce que la gente debe cambiar su chip. «En vez de crear tanto programa de televisión sin sentido, deberíamos invertir en museos, lugares sanos, canchas donde se pueda jugar tranquilo. Los niños tienen que entender cómo funciona un buen sistema y cómo desde ahora pueden aportar a un mundo mejor», señala.

Fuente: eldia.com.bo