Insectos, el nuevo manjar; algas, fuente de proteínas

insectos

Pero los expertos aseguran que los insectos son una alternativa a la carne y el pescado con grandes beneficios nutricionales. Contienen múltiples vitaminas, minerales y ácidos grasos insaturados. Y mientras las proteínas de un filete de ternera suponen un 50 % de su peso, en el caso de una ración de grillos la proporción se eleva al 65 %, según John Coupland, profesor de Ciencias Alimentarias en la Universidad Estatal de Pensilvania. Además, quienes los han probado dicen que saben parecido a las gambas –otros los asocian más al pollo–.

 



En algunos países, los saltamontes y los huevos de hormiga son delicatessen equiparables al caviar. Buena noticia, conociendo las inquietantes previsiones de crecimiento demográfico de la humanidad, que harán cada vez más difícil el abastecimiento general. Quizá en tiempos de nuestros bisnietos o tataranietos, el plato proteico por excelencia no sea un chuletón de buey sino una generosa ración de grillos a la plancha. El medio ambiente agradecería el cambio, ya que los insectos producen muchos menos gases de efecto invernadero por kilo de carne que las reses o los cerdos.

 

Las algas serán otra de las tendencias nutritivas para los próximos años. Hay que recordar que entre 1940 y 1970, para erradicar el hambre y alimentar a la población en muchos países hizo falta una revolución verde que a través de monocultivos, fertilizantes y plaguicidas quintuplicara la producción agrícola respecto a las técnicas de labranza tradicionales. Pues bien, todo apunta a que el futuro pasa por poner en marcha una nueva revolución agrícola, esta vez bajo el mar y basada en las algas.

 

La mayoría son organismos unicelulares, muy simples, que crecen muy rápido incluso en aguas contaminadas. Según concluían los científicos asistentes al último encuentro del Instituto de Tecnología de los Alimentos (IFT), celebrado en julio de 2015 en Chicago, las algas serán otra alternativa a la carne como fuente de proteínas. En concreto, estos seres capaces de hacer la fotosíntesis y vivir en un medio acuático contienen un 63 % de proteínas, un 15 % de fibras, un 11 % de lípidos, un 4 % de carbohidratos, un 4 % de micronutrientes y un 3 % de agua. Ofrecen la ventaja de que generan pocos residuos y de que hay espacio submarino suficiente en el planeta para cultivarlas en las cantidades que necesitará la población mundial en el futuro. Además, se digieren con gran facilidad y son cardiosaludables.

 

Más información en el reportaje Así es la comida del futuro, escrito por Elena Sanz. Puedes leerlo en el número 414 de Muy Interesante.

 

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Fuente: muyinteresante.es