Mutún: ¿un cuento chino?

MANFREDManfredo Kempff SuárezDesde hace medio siglo que, intermitentemente, diversos gobiernos vienen anunciando la puesta en marcha de una planta siderúrgica en Mutún, explotando esa “montaña mágica” en la selva, absolutamente asombrosa, que, dicen,  guarda 40.000 millones de toneladas de hierro. Medio siglo de esperanzas para esta nación pobre – porque sigue siendo menesterosa – que tiene su portentosa serranía sin tocar, que permanece virgen como un reto a los bolivianos, como algo desafiante que parecería decir: veremos cuando se atreven conmigo.Y el que se atreve fracasa. Esto de Mutún es peor de lo que fue el salitre en Atacama o el caucho en el Acre. Al Mutún no se le ha pasado ni el meñique por encima de su piel. El monte está intacto  y sólo sirve para que todos los políticos le hagan ofrendas electorales que las incumplen por incapacidad y miedo. Los últimos en incumplir han sido los que quieren quedarse otros diez años más gobernando. Claro que éstos nos están queriendo contar, para variar, un cuento chino. Después del fracaso con los indios de Jindal, dicen que ahora serán los chinos quienes nos salvarán. ¿Otro cuento chino en Mutún? ¿Habrá dinero chino de verdad para romper el embrujo?Lo de Mutún, para decirlo claramente, es una vergüenza. Hace 50 años que se habla en vano de este Paitití de hierro. Los actuales gobernantes ilusionan a los cruceños, cada 24 de septiembre, con Mutún, Rositas, Puerto Busch, la unión ferroviaria, y no hay nada de nada. Puro cohetes, wiphalas, sandunga, picantes, chicha, y el centralismo sigue mandando. Claro que, a cambio, S.E. y el Vice, continúan contando cuentos chinos en busca de una aceptación camba, donde no les ha ido nada mal.Me extrañó mucho, cuando me desempeñaba como Secretario en la embajada en Asunción, hace cuatro décadas, que ya por entonces existiera Acerías del Paraguay (ACEPAR), sin que Paraguay tuviera hierro ni energía para su reducción. Pues bien, compraba mineral de Urucum y lo fundía con carbón vegetal. Fabricaba varillas y alambres de acero. Mucho más me extrañó saber que Paraguay, a mediados del siglo XIX, ya tuvo una fundición de hierro en el poblado de Ybycuí. Pero lo sorprendente es que luchando en total desventaja contra Argentina, Brasil y Uruguay, en la Guerra de la Triple Alianza, producía en Ybycuí sus propios cañones, fusiles y munición. Y nosotros, ilusos, perdidos en nuestra ignorancia de la historia, que pensábamos, en 1932, entrar con paso de parada en Asunción.