Pedagogía de la Aventura: buscando caminos para una vida libre de violencia

Se trata de usar las tradicionales excursiones, y empezar a transitar varias rutas internas desde la ciudad hacia diferentes regiones del departamento, pero en una dinámica de auto construcción y de apropiación de nuevos valores éticos y de convivencia

Pedagogía de la Aventura: buscando caminos para una vida libre de violencia

La Paz, 28 de octubre (ANF).- Escapar de la jungla de cemento y empezar a transitar nuevos caminos para la auto transformación en el reencuentro con la naturaleza, es la base de la Pedagogía de la Aventura, una propuesta del Centro Cultural Jhata que desde hace varios años trabaja con adolescentes y jóvenes de barrios populares de la ciudad de La Paz.
En diálogo con ANF, Marcelino Machicado explica que esta iniciativa surgió hace algunos años porque veíamos que adolescentes y jóvenes no tenían ofertas alternativas para llenar su tiempo libre.  Más allá del colegio están atrapados por la televisión, el internet y el celular, y si ya están en la universidad sólo tienen como oferta las discotecas, los karaokes y los bares.
Entonces se puso en marcha la idea de proponer una Pedagogía de la Aventura: usar las tradicionales excursiones, y empezar a transitar varias rutas internas desde la ciudad hacia diferentes regiones del departamento, pero en una dinámica de auto construcción y de apropiación de nuevos valores éticos y de convivencia. 
Quienes se integran a la propuesta deben prepararse para dos años de  caminatas que se inician con recorridos  de resistencia inicial LLojeta, Achocalla, Yanacachi, resistencia intermedia  Cañón de Palca, El Choro, y resistencia extrema Takesi, Guanay, Sorata,Irupana,  Huayna Potosí.
Lo que empieza como una aventura, se convierte en una pedagogía.   Poco a poco nos forjamos como grupo, abandonamos las actitudes individuales,  en medio de las adversidades del camino aprendemos a cuidarnos.  Nos reencontramos con la naturaleza, compartimos con los hombres y mujeres que cultivan la tierra y nos alimentan revalorizamos los alimentos que consumimos, abandonamos la comida chatarra; forjamos relaciones basadas en la equidad entre hombres y mujeres, asegura Machicado.
En medio de las rutas transitadas, por ejemplo, se denota la violencia temprana en el noviazgo.  Vienen parejas para aventurarse en la experiencia y durante la convivencia a la que obliga el camino se decantan las diferentes formas de violencia aprendidas en nuestros hogares.  Es ahí donde el grupo interviene y empieza a deconstruir esas formas de relacionarse entre hombres y mujeres, y se lo hace sin discursos, con acciones, compartiendo las responsabilidades, respetándose unas y otros.
En las caminatas no tienen cabida las bebidas alcohólicas ni los cigarrillos, tampoco la comida chatarra.  Se impone la cultura del cuidado, los mayores cuidan a los menores, se promueven relaciones igualitarias entre hombres y mujeres, se revaloriza el entorno, se cuida la naturaleza.
Jóvenes y adolescentes  hombres y mujeres de barrios populares de La Paz, han transitado esas rutas y han asumido el desafío de convertirse en chuyma luntatas, que en español significa roba corazones, pero que conlleva un concepto más amplio, representa a quien se forja como una nueva persona, que  se preocupa por los demás, que se gana el corazón con su solidaridad, que asume la puntualidad como señal de respeto a los demás, que promueve relaciones igualitarias, que cuida el medio ambiente.
Pedagogía de la Aventura, ha nacido en la Periférica, ha recorrido varios barrios paceños y se proyecta como una escuela de calidad humana.  Una propuesta para nuestros iguales, gente que se forja en medio de las dificultades, para niños, niñas, adolescentes y jóvenes que no encuentran opciones mientras sus padres y madres están fuera de sus hogares  durante jornadas enteras, porque en Bolivia hay riqueza pero hay que trabajar de sol a sol para enfrentar la pobreza, afirma Marcelino Machicado.
Y añade, es una búsqueda de caminos para una vida libre de violencia.  Libre de la violencia de las ciudades, de la violencia de género y generacional, de la violencia del sistema, del consumismo.  Una aventura que vale la pena vivir.
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Fuente: noticiasfides.com