Hubris: pérdida de la realidad

ivan okIván Arias DuránLa hubris (enfermedad del poder) tiene entre una de sus consecuencias la desubicación contextual como una de sus peores manifestaciones. La hubris – como lo dice Harry Campos Cervera, médico psiquiatra y miembro de la Asociación Psicoanalítica Argentina- «la puede padecer cualquier persona que está en el ejercicio del poder”, destacando que entre sus manifestaciones está el «narcisismo, porque imagina que lo que piensa es correcto y lo que opinan los demás no. Cree que todos los que lo critican son enemigos”.Estas actitudes «pueden llevar, a quien las padece, a tomar decisiones erróneas, porque pierde la perspectiva de la realidad total y ve sólo lo que quiere ver”. ¿Están nuestros gobernantes con hubris?Mientras se cae el techo del quirófano del Hospital de Clínicas de La Paz, dejando a cientos de personas sin atención médica, el Presidente en ejercicio se preocupa, en la Villa Imperial, de la vida íntima de la Ministra de Salud, recomendándole que se case antes de tener hijos: «Primero cásate Ministra, no es así nomás, el novio (pide) ‘pruebita de amor’, pero es primero poniendo el matrimonio, luego te va a dejar con tu pruebita de amor colgando”, dijo en tono de burla (Página Siete,  5/11/15).Por otro lado, mientras la embajadora de Bolivia ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, Nardi Suxo, aseguró que en el último decenio, «en derechos humanos, Bolivia se ha constituido en un ejemplo para muchos países” (ABI 3/10/15); en Bolivia, Rolando Villena, en su informe anual, denunció que la Defensoría del Pueblo atraviesa momentos complicados pues la institución sufre asfixia económica por parte del Gobierno.Precisó que en este año los recursos económicos de la Defensoría se redujeron a comparación de gestiones pasadas y denunció que sufre bloqueos para acceder a financiamiento de la cooperación internacional.Para rematar, el vicepresidente de la Cámara de Diputados, Víctor Borda (MAS), vio apropiada la disminución del presupuesto a la Defensoría del Pueblo. «El último tiempo vimos al Defensor como un asesor de la oposición, se involucró en temas políticos. Entonces, ¿para qué quiere más dinero? ¿Para seguir metiéndose en política? Sería justo que se le dé más dinero para que haga su labor de defensa de los derechos humanos” (ED 6/10/15).»Nunca digas de esta agua no voy a beber, porque te puede dar sed”, reza una advertencia que pide mesura a todo aquel que se mete en la gestión pública. Después de sostener un radical discurso marxista-indigenista, antineoliberal y despreciador de las empresas transnacionales, al gobierno de Evo Morales le dio sed y, en otro desubicatex ideológico, envió la semana pasada al Congreso el proyecto de ley de in centivos a las empresas petroleras para que inviertan en Bolivia.Esta norma se suma a la de abrir las puertas de las áreas reservadas y los parques nacionales para que las petroleras puedan invertir en estas zonas. Según Siglo XXI, en proyectos de explotación de condensados asociados al gas natural, las empresas contarían con un incentivo fiscal de 15 dólares por barril.Esto aparte de los premios ya en vigencia, como el pago de 30 dólares por cada barril de petróleo producido, adicional a los 27 dólares que se cancela a las petroleras y las notas de crédito fiscal (Nocres).»Ahora se sabe -dice Pedro Vacaflor- que uno de esos ‘premios’ es que se les pagará 55 dólares por barril de petróleo de los campos que sean descubiertos a partir de ahora. En este momento, el negocio es un absurdo, porque el precio internacional del crudo está por debajo de 50 dólares. Esto, más que un incentivo, es una rendición ante las petroleras, que aún con estas ventajas mantienen los costos recuperables”.Finalmente, mientras en la Asamblea Legislativa se discutía la aprobación del proyecto de Ley de Convocatoria al Referendo. Nuestro Presidente se enojó cuando, en su reciente visita a Europa, un periodista alemán le preguntó «cómo interpretaba la reelección presidencial, que no sólo sufre Bolivia, sino también otros Estados de la región”.Morales respondió airado que «los alemanes no pueden preguntarme eso” y ensayó una propia teoría de la historia: «Después de las guerras mundiales, ¿cómo quedó Alemania? La estabilidad política, la continuidad de partidos ha levantado a Alemania, entonces cómo Alemania me va preguntar eso. Más bien nos debe felicitar por la continuidad”.Nuestro Presidente quizá no sabe – alguien debería explicarle – que Alemania es una República Parlamentaria Federal con pluripartidismo, separación de poderes y con parlamentarismo bicameral. Si bien la Constitución Alemana (Grundgesetz), que data de 1949, establece la reelección indefinida del Canciller Federal, que es designado por el Bundespräsident (presidente federal) después de haber sido éste elegido por el Bundestag (Parlamento), también es cierto que el Canciller Federal puede ser destituido en cualquier momento de manera constructiva, a través de una moción de censura por parte del Bundestag, donde simultáneamente se elige a un sucesor.Por otro lado, la Constitución alemana no se cambia cada vez que se le ocurre a un mandatario para acomodarla a sus intereses, y la estabilidad política alemana no se basa en la hegemonía unipartidista, sino en la alternancia pluralista, principalmente entre democristianos y socialdemócratas, aunque también con participación en las coaliciones de gobierno de liberales, verdes y socialcristianos. Este sistema de pesos y contrapesos busca evitar que la máxima autoridad haga y deshaga el bien público a su antojo.De esta manera, el sistema económico implantado en Alemania después de la Segunda Guerra Mundial se basa en los principios de la economía social de mercado. Este sistema económico significa, a la vez, un abandono del todos contra todos, propugnado por el liberalismo, y una renuncia al dirigismo estatal, en cuanto a las decisiones empresariales y en materia de inversión. La Constitución, que garantiza la libertad de la iniciativa privada y la propiedad privada, asume en la economía de mercado una función ordenadora.Página Siete – La Paz