Extraer sangre en ayunas, por su parte, reveló un resultado complementario sorprendente: «Descubrimos que uno de los factores que más determinaban mi conectividad cerebral era si había o no desayunado, si había tomado cafeína o no había tomado», dice PoldrackLos martes, cuando no había bebido su taza de café matutina antes de la exploración, la conectividad dentro de su cerebro era muy distinta a la que presentaba después de haber consumido cafeína. El científico señala que esta influencia nunca antes se había observado. En particular, la conexión entre la red motora/somatosensorial que produce modalidades de estímulo como el tacto, la temperatura, la propiocepción (la posición del cuerpo) y la nocicepción (el dolor) y los sistemas responsables de la visión superior, aumentaba significativamente sin cafeína.»Eso fue totalmente inesperado, pero se nota que haber tomado cafeína cambia radicalmente la conectividad del cerebro», dice Poldrack. «Realmente no sabemos si es mejor o peor, pero es interesante… Es posible que los días [en que no tomo cafeína] esté más cansado, y eso es lo que lleva al cerebro a un estado en el que se centra más en la integración de estos procesos básicos», explica el científico.Fuente: ActualidadRT
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