Los clanes peruanos se asentaron en territorio boliviano para purificar la pasta base que llega de su país. La cocaína luego la exportan a Brasil
Perú no es ajeno en el negocio de las drogas. Los clanes peruanos pueden ser los actores más importantes en este episodio y, por eso, su Gobierno decidió sumarse a la tarea antidroga que llevan adelante las policías de Bolivia y de Brasil.
La selva peruana es el inicio del recorrido de la cocaína que llega a Brasil, tanto por vía aérea como terrestre. La sustancia pasa sí o sí por Bolivia, y atraviesa al menos tres departamentos. Luego de Brasil, la cocaína se va a Europa, donde su precio llega costar 20 veces más de lo que se vendió en Perú.
Los clanes peruanos utilizan diversas estrategias para introducir la droga a Bolivia. En realidad venden la pasta base de cocaína a organizaciones bolivianas y brasileñas, quienes luego las transportan a Brasil.
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El último método, según la Dirección Nacional Antidrogas (Dirandro) de Perú, es utilizar “cargachos” (mochileros) para que lleven la droga caminando durante nueve días hasta dos puntos: Palcazú y Alto Pichas, de donde la pasta base sale vía aérea rumbo a La Paz, Pando, Beni o Santa Cruz, dependiendo con qué clan se realizó el acuerdo de venta.
Según el informe peruano, cada mochilero lleva 20 kilos de pasta base de cocaína. Un grupo está conformado por 80 “cargachos”, de los cuales 20 son seguridad. Cada persona lleva, además de la droga, su comida. En medio del trayecto, en Sepahua, los cargadores se abastecen de alimentos, y también, las avionetas bolivianas que llegan a esa zona llevan abarrotes para los mochileros.
Operativos conjuntos
Esto es de conocimiento diplomático. El embajador peruano en Bolivia, Luis Benjamín Chimoy, se comprometió a realizar más operativos conjuntos para evitar que la droga que se produce en su país ingrese a Bolivia y luego sea trasladada a territorio brasileño.
“Se realizan constantes reuniones a todo nivel, incluso se han programado operativos conjuntos que sean efectivos, pero por razones obvias no se pueden decir las fechas y los detalles, pero se está trabajando a nivel policial, ministerial y con instituciones encargadas en la lucha contra el narcotráfico”, especificó Chimoy.
El diplomático admitió que los narcos de su país cambian constantemente de estrategias para exportar la pasta base de cocaína y luego llevarla rumbo a Bolivia. “Quienes se dedican al narcotráfico buscan muchísimas maneras de cometer sus delitos, los flujos (de la droga) van en varios sentidos y en distintas modalidades.
Lamentablemente están usando otras vías y otros flujos, utilizando otras fronteras”, acotó Chimoy.
Al respecto, el viceministro de Defensa Social, Felipe Cáceres, realzó la labor conjunta que se lleva con la Dirandro peruana e informó de que el tráfico aéreo de droga entre Perú y Bolivia sufrió una “notable reducción” debido a los constantes operativos que se realizan en la frontera.
“Con Perú la situación mejoró mucho. Las rutas aéreas de la droga quedaron bloqueadas, pero sabemos que cambiaron puntos. Nosotros no estamos mirando de palco, estamos trabajando. Ahora, existen convenios trinacionales, con Perú y Brasil llevamos la tarea coordinada”, informó el viceministro Cáceres.
Por su parte, el ministro de Defensa, Reymi Ferreira, anunció que con la compra de radares a Francia se controlará el espacio aéreo boliviano para evitar ilícitos, no solo del narcotráfico sino también del contrabando. Por lo pronto, dijo, se obligará a las avionetas bolivianas a que instalen un sistema de GPS para controlar sus rutas.
En Perú, según Chimoy, se aprobó la Ley de Interdicción Aérea, lo que disminuyó las operaciones ilegales en frontera. Ante este dilema, los clanes peruanos utilizan otros métodos. Una ruta terrestre que se utiliza con frecuencia es la que lleva la droga desde la selva peruana a la localidad fronteriza de Desaguadero.
Además, los clanes peruanos utilizan el lago Titicaca para introducir la droga
Fuente: eldeber.com.bo