El huracán Macri

macri en davosEditorial – El DíaVeinte años no es nada”, dice el viejo tango argentino, pero el presidente Mauricio Macri ha demostrado que 36 días pueden ser suficientes para encaminar un país que estaba en completo desorden, con una economía descalabrada, con elevada inflación y el riesgo permanente de caer en cesación de pago a los acreedores internacionales.La experiencia de Macri vale para quienes se sienten imprescindibles, para los que tienen miedo a la inestabilidad, para los que creen en las predicciones apocalípticas que hacen los socialistas, que pretenden que nos quedemos quietos a mirar cómo se derrumba la torre de cristal que construyeron y también para los que están convencidos que si no es con los caudillos, con las estrategias envolventes y los zorros de la política que nos han estado gobernando, el país se irá camino al despeñadero.Macri ha ordenado la economía con unas pocas medidas. Eliminó sin sobresaltos el cepo cambiario que generaba más problemas que soluciones; sin generar inflación ni devaluación de la moneda. Redujo las retenciones a las exportaciones agroalimentarias, la mayor fuente de ingresos del país, sin que ello haya significado un trauma para las finanzas públicas, pues por el contrario, la medida le inyecta dinamismo al campo argentino, que estaba a punto de colapsar por el ahogamiento al que había sido sometido por la dinastía kirchnerista.A esto se le suma un plan de austeridad basado simplemente en eliminar los gastos dispendiosos, los lujos, el derroche, los funcionarios fantasmas y la corrupción del régimen anterior, que ha dejado un inmenso sapo debajo de cada ladrillo en un gobierno manejado con absoluta irracionalidad. El ahorro no ha significado, sin embargo, la suspensión de los bonos, subsidios y toda la repartija que crearon los Kirchner para tejer su red clientelar. Cualquier gobierno responsable sabe que esos beneficios no se pueden quitar de sopetón pues se arriesga a generar el malestar que están esperando los opositores para desatar el caos.En el frente externo, el nuevo gobierno también ha puesto en marcha una serie de estrategias, destinadas a eliminar el estigma de malos pagadores de los argentinos. Ha conseguido buenos resultados con los chinos, con el Banco Interamericano de Desarrollo e incluso con Bolivia con una deuda atrasada que dejó el anterior gobierno. Está en proceso el diálogo con los denominados “fondos buitre” con muchas probabilidades de éxito, pues si hay algo que tiene a favor Mauricio Macri es la expectativa internacional que ha despertado y que se nota en los foros en los que participa. Se lo vio en la reunión del Mercosur y seguramente tendrá especial protagonismo en el Foro de Davos, donde ha ido en busca de compromisos financieros de países y organismos multilaterales.En este corto tiempo puso fin a una vieja disputa con Uruguay, país con el que ha iniciado un programa de integración energética; ha hecho lo propio en Chile y con Venezuela ha establecido vínculos más serios, poniendo como premisa básica el respeto a las garantías democráticas y los derechos humanos.También ha cumplido su promesa de iniciar una dura batalla con el narcotráfico, poniendo en marcha un plan para derribar aviones sospechosos de traficar con drogas. Todo eso ha sido logrado en medio de un contexto adverso provocado por la oposición que no hace más que ponerle palos a la rueda, lo que incluye el tenebroso caso de los traficantes que escaparon de la cárcel con la ayuda de funcionarios vinculados al antiguo régimen.