François Le Petit recibe a Castro II

zoeOKZoé ValdésFrançois Le Petit, así llama en su nueva parodia saint-simoniana el escritor Patrick Rambaud, Premio Goncourt y Premio de la Academia Francesa con su novela La Bataille, a François Hollande. Pues bien, François Le Petit (François el Pequeño) recibirá a Castro II el primero de febrero. Visita que le devuelve Castro II, pues ya François Le Petit había estado en Cuba el pasado año, y se había entrevistado con un más muerto que vivo Castro I.Al parecer no le importa a François Hollande el haber estado situado del lado de la disidencia en la Primavera Negra del 2003, cuando él mismo se hallaba en la oposición, y haber escrito artículos en contra de los hermanos Castro. Imitando a Barack Obama, ahora Hollande se desvive por estrechar la mano de uno de los asesinos más crueles que ha dado la humanidad, reconocido por él mismo en sus antiguos escritos. Además de invitarlo a su mesa tendremos que soportar el besuqueo, que tiene su antecedente a mediados de los años noventa, en la época en que la esposa de François Le Grand (Mitterrand) besuqueaba en París a Castro I.En todo el tiempo que lleva Castro II en el poder, cincuenta y siete años ya, junto a su hermano Castro I, no ha habido más que crímenes, exilio de más del veinte por ciento de la población cubana y un terror macabro dentro de la isla. Pero Obama y Hollande, y con ellos buena parte del resto del mundo, se han encaprichado en creer y hacer creer que con Castro II ha habido cambios en Cuba.La culpa, entre otros, la tienen algunos intelectuales cubanos, que hoy desde una posición cómoda de entra y sale del país, con tribunas en el extranjero, declaran que con Raúl Castro ha habido y habrá reformas. A esos intelectuales España los premia, los oye, porque los quiere oír de a porfía, además de alabarlos sólo por ser unos jalalevas del régimen castrista. La culpa la tiene también la bichidisidencia inventada por el raulato para envolver al vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, cuando se reunieron con él, y a Obama más tarde, o casi al mismo tiempo.El caso es que Francia, el país de los derechos humanos, recibe al viejo tirano como a uno más del reinado de François Le Petit, y aquí no ha pasado nada. Lo que trajo el barco.Libertad Digital – Madrid