El poder genera adicción. Y sobre todo las mieles del poder. Es lo que se podría deducir del extremo nerviosismo exhibido en los últimos días por el segundo mandatario, que ha disparado su artillería mediática a diestra y siniestra en busca de polarización o confrontación.El problema, para “Qananchiri” (su nombre de guerra en la banda terrorista EGTK), es que la campaña del NO es de todos y de nadie, una sumatoria de iniciativas ciudadanas donde al régimen le resulta muy difícil enfocar su maquinaria de guerra sucia para demonizar a los antireeleccionistas.En este contexto, la campaña es de Evo vs. la democracia, del caudillismo autoritario y secante contra la alternancia pluralista. Un escenario donde las ambiciones de perpetuación del dúo coca-dinámico se debilitan sobremanera.“¡Es la igualdad ante la ley, estúpido!”, podríamos decir parafraseando a Bill Clinton. Porque de eso se trata este referéndum. O gana el NO y por ende la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, o se impone el SÍ, donde dos personas rehacen las normas constitucionales a su conveniencia, como un traje a medida, y nos situamos definitivamente fuera de la república…[email protected]