Ni plurinacional, ni autonómico; menos democrático

camposEduardo Campos VelascoReza el artículo 1ro. de la CPE que Bolivia es un Estado plurinacional con autonomías, entre otras cosas. Luego de 5 años de estar en vigencia, da la impresión que tanto lo de plurinacional, como lo de autonómico, no pasa de ser verso. No es lo único que queda en el papel, el mismo artículo señala que Bolivia se funda en el pluralismo político, económico, jurídico, cultural y lingüístico, sin embargo, no hay día en el que el gobierno, no acuse -a cuanto criterio divergente exista- de “derechistas”, como si no fuera legal y legítimo tener criterios distintos al pensamiento único que propician, siendo éste más bien, el evidentemente contrario a lo que dispone la CPE.Si lo plurinacional, lo autonómico y el pluralismo político son bases fundamentales del estado, uno se pregunta: ¿por qué los propiciadores de la nueva CPE, resultan los menos interesados en que se cumplan estos preceptos?El artículo 5to. de la CPE, establece 36 idiomas además del castellano, como lenguas oficiales del estado, en virtud a que las 36 corresponden a las naciones y pueblos indígenas originarios campesinos, los que -dada su existencia pre colonial- reza la CPE, se garantiza su libre determinación y su derecho a la autonomía y el autogobierno.De las 36 naciones y pueblos indígenas originarios, 34 son conglomerados reducidos (a excepción de los quechuas y aymaras), de los que -según datos estadísticos del Censo 2012- más de 15 corren riesgo de extinción. Entonces uno se pregunta: ¿por qué sólo existen 7 curules para los pueblos y naciones originarios en la asamblea plurinacional y no los 34 como corresponde según la propia CPE?El parágrafo VII del artículo 146, señala que: las circunscripciones especiales indígena originario campesinas, se regirán por el principio de densidad poblacional en cada departamento, mismas que no deberán trascender sus límites y sólo se establecerán en el área rural en los departamentos en los que se constituyan una minoría; continuando -y aquí está la “trampita”- que será el Órgano Electoral el que determine las circunscripciones especiales, mismas que deben formar parte del número total de diputados.Luego de la aprobación de la CPE, el gobierno se encargó de convencer a los pueblos y naciones originarias (sus aliados incondicionales en ese entonces) para que momentáneamente acepten la representación política de 7 naciones a la que paulatinamente -se comprometieron- se irían incorporando representaciones de otros pueblos, cosa que hasta ahora no sucedió.En ocasión de la convocatoria a elecciones nacionales para el 2014, se reavivó esta preocupación de los pueblos indígena originarios, exigiéndose que el Órgano Electoral modifique el número de circunscripciones especiales, dando paso a lo que señala la CPE y honrando el compromiso político que había asumido el MAS, misma que no tuvo éxito. ¿De qué plurinacionalidad pudieran hablar si no se permite que más de 25 pueblos no tengan voz y voto en el principal órgano de decisión política del estado?Respecto al estado autonómico, basta decir que el actual gobierno, tiene el programa más personalista que haya conocido la historia del país. El “Evo cumple, Bolivia cambia”, es uno de los programas (entre otros similares) más millonarios y discrecionales que jamás se haya conocido. Es el propio presidente que define dónde y cuándo se invierte y lo hace de la manera más discrecional, superando de lejos los caprichos y veleidades de los dictadores del pasado.En términos generales, todo el marco legal que se ha construido en los últimos años para implementar los cambios introducidos en la CPE, como la ley Marco de Autonomías, la ley de Clasificación de Impuesto y otras, no han hecho otra cosa que consolidar el carácter centralista del estado, cerrando cualquier resquicio para que las autonomías departamentales, municipales e indígenas, puedan ejercer mayores competencias y acceder a más recursos. Dicen que no hay nada mejor que el tiempo para curar heridas y conocer la verdad. La sociedad boliviana, de manera “catártica” ha superado la fase de confrontación a la que nos llevaron los “tergiversadores de la palabra”, los “corruptores de la democracia” y hoy, es consciente que el intento de prorrogarse es parte de ese “guion” denominado “proceso de cambio” que lo único que cambió fue su situación: “a nombre de los pobres llegaron al poder para hacerse ricos”.