Tras la captura de Joaquín «El Chapo» Guzmán quedan dos traficantes internacionales buscados por el organismo norteamericano
Luego de que la Marina de México capturara a Joaquín «El Chapo» Guzmán Loera en Los Mochis, Sinaloa, la Administración Federal Antidrogas de los Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) felicitó a esa fuerza armada y al presidente Enrique Peña Nieto por el accionar que logró poner tras las rejas al máximo narcotraficante del mundo.
«Felicidades. Estamos muy emocionados. Es un gran día para el Estado de derecho», había señalado el vocero de la DEA, Lawrence Payne, al momento de conocerse la detención del traficante de drogas más peligroso de la actualidad. En un comunicado posterior se agregó: «La DEA está extremadamente complacida por la captura de ‘El Chapo’ Guzmán. Felicitamos al gobierno de México y saludamos la valentía demostrada en su captura«.
La cabeza de «El Chapo» tenía precio para quien colaborara para su captura: 5 millones de dólares era la recompensa que la DEA había prometido para aquella persona que facilitara datos que pudieran dar con Guzmán. Finalmente, el «Lord» de las drogas fue hallado con vida y puesto tras las rejas nuevamente.
Sin embargo, la tarea de la DEA es continua y parecería no tener fin en un contexto en el cual los narcotraficantes se multiplican en algunos países de América Latina, donde encuentran complicidades políticas y judiciales. Es por eso que la cacería contra otros dos grandes traficantes continúa pese a la captura de «El Chapo«. Se trata de María Teresa Osorio de Serna y de John Alexander Thompson.
Pocos son los datos que se tienen de Osorio de Serna. Sólo se conoce su nacionalidad colombiana, pero nada sobre su paradero. Sus alias son variados: María Teresa Correa, Iris Conde, Teyer Washington y Gloria Bedoya. Se la vincula con el Cártel de Cali. Además de tráfico de cocaína está acusada por lavado de dinero proveniente de esa actividad. Formó parte también de una organización delictiva de Colombia conocida como «Las Chivas«, comandada por otra mujer, Mery Valencia de Ortiz, detenida en Río de Janeiro y extraditada a los Estados Unidos hacia finales de los 90.
Esta banda se dedicaba al lavado de activos. De ella formaba parte Osorio de Serna. Sin embargo, poco se conoce de esta narcotraficante cuya fotografía en la ficha de la DEA permite visualizar a una mujer de pelo oscuro, muy maquillada y con joyas costosas. Su rostro seguramente haya cambiado radicalmente en los últimos años, como también sus identidades falsas.
El otro capo mafioso que es buscado por la DEA es John Alexander Thompson. Acusado de «conspiración en la distribución de heroína», el paradero de Thompson es desconocido. Los cargos presentados en su contra figuran en el Distrito Sur de Florida, Estados Unidos. También conocido bajo el apodo «Coach», este narco nacido en 1960 posiblemente se encuentre refugiado en algún país africano. Sin embargo, su último escondite conocido fue en las Antillas Holandesas.
Fuente: infobae.com