Chile, centro energético

HUMBERTOVACAFLORPor Humberto Vacaflor Ganam 

Sin hablar mucho, sin hacer campañas políticas ni discursos encendidos, el gobierno chileno cerró un acuerdo por el cual dará a Argentina el servicio de transporte de gas natural y le venderá 200 MW de electricidad.

Además, en acuerdo con el gobierno de Mauricio Macri, la administración de la señora Michelle Bachelet permitirá que YPF argentina invierta en los campos petrolíferos de Magallanes.



Los puertos de Mejillones y Quintero servirán para que las plantas de regasificación instaladas allí reciba el gas natural licuado del Asia y le devuelvan su forma de gas para inyectarlo en los gasoductos que van a Argentina.

Aunque la noticia no lo menciona, el negocio le interesa a Argentina dice un lector del diario La Nación de Buenos Aires, porque el precio del GNL puesto en un puerto chileno es la mitad del precio del gas natural que Argentina recibe de Bolivia.

Algo de cierto ha de haber en esa información para que el gobierno argentino haya optado por comprar el gas en el Pacífico, en lugar de seguir comprándolo en sus propios puertos de Bahía Blanca y Escobar, sobre el Atlántico.

Argentina usará los puertos chilenos entre mayo y septiembre próximos, recibiendo 5,5 millones m3/d, con lo cual completará su demanda adicional para el invierno, y no necesitará mayores volúmenes de Bolivia.

El ministro argentino de Energía, Juan José Aranguren, suscribió el acuerdo con su colega chileno, Máximo Pacheco, el mismo día en que se lo esperaba en Bolivia para reuniones con el ministro Luis Alberto Sánchez.

Alguna picardía política hubo en la movida. El gobierno boliviano estaba esperando a Aranguren para hacer anuncios espectaculares, como los que hizo con la visita de la delegación brasileña que, con autorización de la señora Dilma Rouseff, anunció grandes inversiones de la (quebrada) Petrobrás sólo para satisfacer las ansiedades electorales del gobierno boliviano.

Aranguren suspendió su visita a Bolivia, frustrando quien sabe qué anuncios preparados aquí para un bien lubricado concierto de propaganda electoral, y prefirió estar en Chile para hacer los anuncios mencionados.

Las cosas están cambiando en la región. Las campañas políticas del gobierno boliviano ya no cuentan con la complicidad de todos los vecinos. El papelón en la CELAC fue una prueba de ello.

 A algunos gobiernos, la historia les está dando tarjetas de retiro. Economía de Palabra Vacaflor.obolog.com