Dos perfiles distintos conviven en la cárcel de San Pedro de La Paz

 El alteño Braulio Rocha es acusado de promover la violenciaEl alteño Braulio Rocha es acusado de promover la violencia. AFKA

Dos perfiles distintos conviven en San Pedro

EL DEBER fue a buscar a Rocha y a Patana en el penal de La Paz. Se rehusaron a responder las preguntas.EL DEBER  / La PazJueves por la mañana, día de visita en la cárcel de San Pedro. El exalcalde de El Alto Édgar Patana y el dirigente de los gremialistas Braulio Rocha rechazan entrevistarse con este medio. Uno sale poco, el otro convierte las mesas del patio del sector La Posta, en sala de reuniones.Entre las 9:30 y las 11:30, Rocha salió una vez para recibir a una señora mayor, que lo abrazó con cariño, le regaló una bolsita de coca y se fue sin más.Cuando se lo hizo llamar, envió el recado de que no saldría, pero que sugirió hablar con su abogado. Luego, se acercó a la puerta y se excusó personalmente. “No hice nada de lo que se me acusa”, dijo. “Estoy enfermo, no me siento bien, le pido su comprensión”, se excusó.Serio, se lo ve caminar con el ceño fruncido, se nota preocupación y mucha tensión.Otra actitud es la que muestra el exalcalde Édgar Patana, que lleva más tiempo en la misma sección. De hecho, los dos pasaron cerca uno del otro y ni se miraron.Cuando se pregunta por él, los reos dicen que Patana sale de su celda después de las 11:00 y que “el arquitecto se enoja si es que se lo molesta antes”.Este medio persiste y espera. Después de las 10:00 aparece en escena sonriente, saludando a la gente como si estuviera en campaña.Tras la convocatoria para hablar, surge la respuesta inmediata a través del reo denominado taxi, al que se le pide que sirva de contacto entre el interno y la visita: “Dice que no va a recibirlo”.Patana se sienta en una mesa habilitada en el patio, y primero se reúne con dos personas. Conversa amenamente con ellas. Luego llegan tres varones, cambia de mesa, e inicia la segunda reunión del día, siempre risueño.Pasan los minutos, y un reo se acerca al lugar donde está el periodista. “¿A quién busca?, “Al señor Patana”, dice la visita y se vuelve a identificar. “Le preguntaré si lo va a atender”, replica el interno. Se acerca, pregunta, y vuelve: “ya sabe, no lo va a atender”.El hombre se acerca a otro de terno, y éste aborda al periodista. “Soy el abogado”, él repite el mensaje y acota: “Imposible que Patana planifique la toma, mírelo, está detenido, imposible hacerlo desde aquí”, manifestó.