‘Mosito’ Roda, el hombre de las cinco cortejas


Ícono cruceño. Está cerca de cumplir medio siglo de vida, es carnavalero de pura cepa y pata ‘e perro sin remedio

'Mosito' con su hermana, Ingrid; su mamá, Bertha Atalá; y su hermano, 'Pimpo'

‘Mosito’ con su hermana, Ingrid; su mamá, Bertha Atalá; y su hermano, ‘Pimpo’

Es integrante de la comparsa Guachas, que actualmente forma parte de la agrupación G8 y que todos los años se reúne en una quinta para enterrar al muñeco del Carnavalito, papel que cumple a la perfección ‘Mosito’ Roda.



Este personaje, famoso por su frase “choca, dame quinto”, que deambula por los principales centros de la movida nocturna, y al que se ve con las peladas más lindas, se ha convertido en un patrimonio de Santa Cruz.

Su nombre es Mario Eduardo Roda Atalá, tiene 46 años, aunque muchos discutan que tiene más. No llega al metro y medio de estatura, está con 83 kilos (debería pesar máximo 70) y calza 33, como un niño. A su alma de infante la tiene atrapada un cuerpo maduro y diminuto, al que los años ya le han hecho mella.

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Hace casi dos décadas que tiene diabetes y los ‘lopopitos’ se le han despintado por culpa del vitiligo, que padece desde hace cinco años. Eso no le impide seguir con las andanzas; en su casa todos reconocen que es pata ‘e perro. En los años mozos regresaba a su hogar, ubicado detrás de la iglesia La Santa Cruz, a las cinco de la mañana; hoy no pasa de la medianoche, aunque los sábados se da una escapada hasta el día siguiente. ¿A dónde va? Solo Dios y él saben. Pero siempre llega sano y salvo, excepto por una vez que apareció con un tajo, y otras ocasiones cuando regresó sin zapatos, remedios o chamarra. Ni a este patrimonio cruceño lo perdonan los dueños de lo ajeno.

Su familia ya está acostumbrada a ese ritmo de vida. Sabe que es imposible retenerlo en casa. “Es como quitarle el aire, la vida. Cuando lo hacemos, nos tumba todo, se pone nervioso”, confiesa Ingrid, una de las hermanas con quien vive, además de su madre, Bertha Atalá, y de su hermano ‘Pimpo’. “No dormimos bien, nos levantamos por ratos hasta que llega. Tiene dos ángeles protectores, mi padre y mi hermana, porque para lo que ‘Mosito’ anda, realmente Dios lo ampara”, agrega Ingrid.

Lo que no se sabe
‘Mosito’ nació prematuro, de cinco meses y medio, no tiene síndrome de Down como algunos piensan. “Sobrevivió porque Dios es grande”, dice su hermana. No aceptaba ni el pezón de las mamaderas, así que le daban leche con un algodón.

A los nueve años comenzó a salir con un amigo que le enseñó las calles, y desde entonces no hay poder humano que lo mantenga en casa. “Tiene un sentido de ubicación increíble. Mis amigas me llaman para decirme que está en Portachuelo, Buenavista, etc.”, añade.

Pide quinto porque no hay plata que le alcance. Solo se moviliza en taxi y pasa de norte a sur en cuestión de minutos. Lo que le sobra de efectivo lo invierte en toallas, pañuelos, vasos y tazas con su rostro serigrafiado.
Cumple años en octubre y siempre celebra a lo grande. Reparte personalmente las invitaciones, porque no tiene idea de correo o redes sociales. Es entonces cuando la familia de ‘Mosito’ ve aparecer un montón de gente en casa y se entera de quiénes son los amigos con los que pasa las largas noches.

Cortejero
En casa no le conocen novia, aunque él asegura que tuvo cinco peladas. “Creo que esa no es la misión de ‘Mosito’, sino la calle, esa es su vida. Siempre dice que ha tenido cinco cortejas, pero nunca dice quiénes son. Eso sí, cuando una de sus amigas está embarazada, se pone feliz. Nos dice: “Ya va a nacer un ‘Mosito 2’, ya voy a tener un chiquitito”, lo delata Ingrid.

Mientras tanto, ‘Mosito’ aprovecha que todavía puede ir y venir sin limitaciones, a pesar de la diabetes, el vitiligo y los cólicos que lo atacan por épocas. “Es una vida aparte, pero estos chicos (dice también por ‘Pimpo’) dan gran satisfacción y felicidad. Para que mi madre pudiera soportar un dolor difícil de expresar, como la pérdida de su esposo y de su hija, fue con ayuda de estos dos muchachitos; es como tener dos bebés en casa. Es bien apreciado ‘Mosito’, es un cambita de pura cepa y su vida es el Carnaval”, finaliza Ingrid

Es miembro de los Guachas, pero primero estuvo en los Zarandajos. 'Mosito' Roda no se perdía precarnavaleras y su vida eran las noches de mascaritas en El Caballito.
Es miembro de los Guachas, pero primero estuvo en los Zarandajos. ‘Mosito’ Roda no se perdía precarnavaleras y su vida eran las noches de mascaritas en El Caballito.
Andante desde chico
Andante desde chico
Con peladas lindas
Con peladas lindas

Mosito

Fuente: sociales.com.bo


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