Revisitando el neoliberalismo: las falacias discursivas del MAS

581874_1671582323081278_7738484619976488585_nAna Carola Traverso-Krejcarek¿Es la creación de empresas o el crecimiento del sector privado algo malo y perverso? ¿Acaso no fue la cultura corrupta de la clase política boliviana lo que hizo fracasar el proceso de capitalización, y no la inyección de capital per se? ¿Por qué el desprecio a la iniciativa privada? Al escuchar el debate realizado por El Abogado del Diablo de la Red Unitel, a sólo una semana de las elecciones por el Referéndum Constitucional, no puedo dejar de cuestionar la falseada construcción de la historia y la ignorancia de los representantes del gobierno.Para muestra, sirven los datos. Bolivia mejoró sustancialmente sus niveles de desarrollo humano durante el período neoliberal, y esa es una realidad irrefutable. Cientos de miles de bolivianos mejoraron sus niveles de educación y acceso a la salud. Según datos del PNUD, en 1992, el 22% de la población boliviana era analfabeta, con un promedio de apenas 4 años de escolaridad. La esperanza de vida al nacer era de 58.8 años. En 2005, la población analfabeta había descendido a 13%. El promedio de escolaridad pasó a 8.3 (duplicando los años de estudio), mientras que la esperanza de vida subía a 64 años. Incluso el PIB per cápita, que ha sido históricamente el talón de Aquiles boliviano, aumentó de $us. 2,992 en 1990 a $us. 3,620 en 2005. El mejoramiento de la calidad de vida en Bolivia durante ese período coincide con otros países en vías de desarrollo. Es un hecho comprobado que antes del gobierno de Evo Morales ya se habían producido mejoras constatables con datos estadísticos y censales (Ignorance Project, Gapminder.com), y que éstas fueron producidas durante el período neoliberal.Entonces, ¿en qué radica la demonización del pasado? Puedo entender que se base en la cultura corrupta de la clase política, que negoció mal para el país el proceso de capitalización. No se adoptó un modelo capitalista de economía social de mercado, sino un modelo de crony capitalism, también conocido como capitalismo amiguista. Sin embargo, los mismos rasgos culturales se encuentran presentes en los actuales gobernantes, y la denuncia de tráfico de influencia por el caso Morales-Zapata es un claro ejemplo de ello, privilegiando intereses privados de una multinacional de origen chino por encima de los intereses de la población. Nada diferencia a Gabriela Zapata de los defensores de las empresas transnacionales de la década de 1990. Lo mismo puede verse en el caso FONDIOC, en donde dirigentes indígenas -corruptos también- se rifaron recursos que le pertenecen a todos los bolivianos, destinado a poblaciones históricamente marginadas. En estos casos, no hay grandes diferencias entre los políticos de antes y los de ahora.He sido y soy crítica de ciertos aspectos del proceso neoliberal, pero no por eso niego los resultados positivos que como sociedad conseguimos. No obstante, al escuchar argumentos que evaden responder las preguntas de los periodistas, la demagogia de los representantes de gobierno llega a tal punto, que se pretende engañar a la ciudadanía negando la naturaleza y la finalidad de los supuestos “grandes logros” de este gobierno, que se cristalizan en forma de bonos concentrados en salud y educación. Valdría la pena recordar que estas recetas económicas han sido impartidas y recomendadas por los neoliberales y economistas heterodoxos más destacados y que hoy son ejemplos de políticas públicas de corte conservador de derecha. ¿Cómo se puede ser anti-neoliberal acérrimo y adoptar un modelo de gestión social basado en el neoliberalismo? Valdría la pena preguntárselo a quienes nos gobiernan, aunque dudo que tengan una respuesta. Diez años han sido suficientes para ver una y otra vez que la demagogia y la corrupción están por demás enraizadas en los cimientos ideológicos de un partido político podrido. Por eso, el próximo domingo mi voto será NO.