El día de ayer, el vicepresidente García Linera perpetró dos perlas discursivas que sin duda pasarán a formar parte de su acervo de “alvaradas” o “qananchiriadas”.Una ha sido la nueva apología de la violencia dirigida a menores de edad, en este caso estudiantes de Porco, Potosí, a quienes indujo a convertirse en una suerte de kamikazes o yihadistas plurinacionales, atándose cartuchos de dinamita el día que los siniestros “neoliberales” quieran privatizar los recursos naturales.Recordemos que, ya el año pasado, el vice había instado a escolares de primaria a “botar a los gringos a patadas”. Seguramente, se trata de manifestaciones propias de quien empuñó las armas en plena democracia con el EGTK, banda terrorista que además utilizó ampliamente la dinamita para volar iglesias y torres de alta tensión.Pero rechina también la paradoja, toda vez que el presidente Evo Morales ofreció a los inversores internacionales la concesión de minas estatizadas, durante su lujosa cita del Four Seassons.La otra perla fue lanzada en una entrevista en la que el vice preguntó, tratando de minimizar el mega-latrocinio en el Fondo Indígena: “¿Qué país no tiene corrupción?”. Consuelo de tontos que sólo deja entrever la falta de argumentos a la hora de justificar lo injustificable…[email protected]