El cóndor vuela muy bajo

MANFREDManfredo Kempff SuárezS.E. hace lo que le da la gana en el país, sin consultar con nadie, y por eso no nos extraña – aunque nos aflige – que haya condecorado con la Orden Nacional del Cóndor de los Andes, en el grado de Gran Cruz, al nuevo presidente de la FIFA, Gianni Infantino. Se trata de la máxima condecoración que otorga Bolivia, como sabemos. Y se entrega, previa valoración, a los ciudadanos nacionales o extranjeros que hayan prestado eminentes servicios al país.No tenemos nada que alegar en contra del señor Infantino porque no lo conocemos y en el futuro puede favorecer a Bolivia, pero desconcierta, que, de buenas a primeras, se le regale una Gran Cruz, que está destinada a ministros, embajadores, o muy destacados ciudadanos nacionales y del mundo. Menos mal que el amor que S.E. profesa por el fútbol no hizo que Infantino cosechara un Gran Collar, que es la joya que se le impuso al papa Francisco.En Bolivia como en todas partes, existe una Orden Nacional, que es muy mezquinada y cuidada, y diversas condecoraciones menores como la del Libertador Simón Bolívar o preseas para las artes, la prensa, la cultura y el deporte. Si a Infantino se lo quería mimar por razones de interés se le pudo dar un reconocimiento deportivo, que no requiere de trámites legales para su aprobación. Por último, si de todos modos se quería echar a volar el cóndor al pecho de Infantino, se lo pudo hacer Caballero u Oficial del Cóndor de los Andes, que eran grados más adecuados para halagarlo.El cóndor ha volado bajo en esta oportunidad porque hasta la misma ceremonia se realizó festivamente, con el premiado en magas de camisa bajo un chaleco andino multicolor. Estamos seguros que Infantino hubiera querido vestir más apropiadamente, pero claro, en épocas de cambio, esas son cosas secundarias. Es que hay una diferencia muy grande entre honrar a alguien con una condecoración o chantársela.Esto, sin embargo, ha servido para que nos enteráramos de algunas cosas. Una, que Bolivia aspira a ser sede de un mundial juvenil para el Bicentenario el 2025; otra, que S.E. ha anunciado la construcción de tres estadios en La Paz, Cochabamba y Santa Cruz para 60.000 espectadores cada uno; y la tercera, que el Estado ha gastado 357 millones de dólares en 1.600 escenarios deportivos, lo que es una enormidad. Tal vez con ese dinero se hubiera podido mejorar nuestros actuales estadios, para que hayan duchas decentes y los baños no huelan a orines, como dijo Azkargorta.