No hay foro internacional donde Evo Morales no dispare las frases que humorísticamente han quedado bautizadas como “evadas” y que parecen más propias del realismo mágico que del discurso oficial de un jefe de Estado.La Asamblea de Naciones Unidas dedicada a revisar la política antinarcóticos no fue la excepción, y mientras los demás mandatarios debatían reformas moderadas y pragmáticas como una posible despenalización parcial de la marihuana con fines medicinales o un mayor énfasis en prevención y rehabilitación, el presidente cocalero propuso eliminar la principal agencia antidrogas del planeta, lo que equivaldría a abolir casi todo el trabajo de interdicción contra los grandes cárteles de la cocaína.“Disolver la DEA, cerrar las bases militares norteamericanas, acabar con el intervencionismo”, fueron algunos de los puntos planteados por el caudillo populista, quien también abundó en auto-alabanzas a un supuesto “éxito del modelo boliviano” antidrogas.Cabe preguntarse a qué llama “éxito” Morales, cuando el 40% de la producción de coca de Bolivia es desviada hacia el narcotráfico según datos de la ONU (el 95% en la región del Chapare, controlada por los “sindicatos” que lidera el mismo presidente) y cuando desde hace diez años no se publican los valores de conversión coca-cocaína por aparentes presiones gubernamentales, desinformación que impide cuantificar a ciencia cierta el crecimiento en la producción de droga durante la era evista…[email protected]