Carlos Sánchez Berzain*Los regímenes no democráticos declaran y promocionan el fracaso de la lucha antidrogas para remplazarla por la suya, construida sobre la desaparición del estado de derechoLa Sesión Especial de la Asamblea de las Naciones Unidas sobre Drogas reunida para revisar y mejorar las políticas sobre la materia, ha sincerado la posición del socialismo del siglo XXI (SSXXI) por medio de Evo Morales, al realizar la defensa pura y dura del narcotráfico, politizando y dando contenido ideológico a este crimen transnacional. Morales, líder máximo de los sindicatos de coca ilegal de Bolivia, ejerciendo como jefe del estado plurinacional, ha denunciado que “la lucha contra el narcotráfico es un instrumento de opresión del imperialismo”, en notable apología y defensa narco en la ONU.Evo Morales ha acusado a los Estados Unidos de usar la lucha contra el narcotráfico como “medio de control político”; ha afirmado orgullosamente y reclamado el crédito de haber “nacionalizado y regionalizado la lucha contra el narcotráfico”; ha dicho que ha “expulsado la base militar anti narcóticos de los EEUU en Bolivia”, mintiendo porque nunca ha existido base militar norteamericana alguna en territorio boliviano; se ha mostrado orgulloso y exitoso de haber expulsado a la DEA de Bolivia; ha reclamado el crédito de haber “expulsado al embajador de Estados Unidos de Bolivia”; ha pedido que para mejorar la lucha contra el narcotráfico se debe “disolver la DEA” ; y ha realizado afirmaciones que constituyen una muy oportuna confesión de la estrategia del SSXXI.Los hechos evidencian que quienes han expulsado o forzado el retiro de la DEA y que también expulsaron a los embajadores norteamericanos son Chávez-Maduro en Venezuela y Correa en Ecuador, no solo Evo Morales; ha sido Correa en Ecuador quien ha cerrado y expulsado a los EEUU de la Base de Manta; ha sido Correa quien ha puesto en evidencia la protección que otorgaba a las FARC, con el bombardeo colombiano de Angostura; es desde Venezuela y Cuba donde las mismas FARC reconocidas como guerrilla vinculada al narcotráfico han recibido protección logística y política, hasta llegar a una mesa de negociación en Cuba; es pública y evidente la acción de las FARC en hechos de violencia como los de octubre de 2003 en Bolivia contra gobiernos democráticos dando apoyo terrorista a los hoy gobernantes. Lo dicho por Morales es expresión del vocero del SSXXI, ya que incluso antes de la Sesión en la ONU, los regímenes de Venezuela, Cuba, Ecuador y Bolivia demostraron con hechos que no adhieren a la lucha contra el narcotráfico.Ha quedado claro que la estrategia anti imperialista de los gobiernos no democráticos de la región tiene fundamento ideológico de defensa del narcotráfico, lo que constatado con la realidad tiene todo el sentido y responde a la necesidad política de legitimar este crimen. Por ejemplo, desde el avenimiento del proyecto de Castro y Chávez, con Morales en el gobierno en Bolivia se han incrementado los cultivos de coca ilegal de 3.000 a más de 40.000 hectáreas que producen cerca de 3.000 100 millones de dólares anuales por narcotráfico para la economía del estado plurinacional y la corrupción; Venezuela es el principal centro de tráfico de la zona; Ecuador ha incrementado su condición de tráfico y no puede explicar casos oficiales como el de la “narco valija diplomática”; a Cuba le acaban de descubrir un embarque de aproximadamente 360 kilos de cocaína en Panamá; investigaciones de Univisión , Veja del Brasil, respetados expertos han afirmado que la Bolivia de Evo Morales y la Venezuela de Chávez y Maduro podrían considerarse “narco estados”.Más datos reales muestran que: el “jefe antinarcóticos” (equivale al jefe de la DEA) de Evo Morales está preso cumpliendo sentencia en el Estado de La Florida EEUU, por tráfico de drogas; los sobrinos de la primera dama Venezuela están presos y sometidos a juicio por narcotráfico en Nueva York; Nicolás Maduro y su Gobierno hacen cuestión de estado cuando alguno de sus miembros es detenido en el exterior por narcotráfico como el caso del “pollo Carvajal” hoy miembro oficialista de la Asamblea en Venezuela. En estos y otros casos más, la defensa de los gobiernos ha tenido siempre el argumento “anti imperialista”.El SSXXI quiere politizar el narcotráfico, volver el asunto un tema político y no criminal, porque si la lucha contra el narcotráfico es una acción imperialista la “nacionalización de la lucha contra el narcotráfico” resulta tarea revolucionaria. Lo que no dicen es que buscan –y lo han logrado- que con esa “nacionalización del narco” haya más coca, más droga, más narcotráfico, más negocio ilícito, que el consumo de droga se ha incrementado geométricamente, que han inundado de droga la región con especial efecto en Brasil y Argentina. Su enemistad declarada con la DEA nace del interés de que nadie controle, que sean los ratones los que cuiden el queso y la despensa, que el crimen tenga su propio mecanismo para manejarlo a su conveniencia. Están alegando soberanía para encubrir el delito?Los regímenes no democráticos declaran y promocionan el fracaso de la lucha antidrogas para remplazarla por la suya, construida sobre la desaparición del estado de derecho, de la separación e independencia de los poderes públicos, el control de la justicia y la supresión de la libertad de prensa, que ejercen las dictaduras del SSXXI. La lucha contra el narcotráfico y la sanción de los responsables en producción, tráfico, lavado de dinero y activos, precursores, encubrimiento, sanción, quedarán de esta manera solamente como un acto más de la discrecionalidad del dictador… Por eso proclaman su anti imperialismo narco… mejor imposible!*Abogado y Politólogo. Director del Interamerican Institute for DemocracyDiario Las Américas – Miami