Resulta paradójico que en el Día de la Libertad de Prensa los presidentes de las cámaras legislativas, ambos del gobernante Movimiento Al Socialismo, amenacen con enjuiciar a un medio de comunicación por el solo hecho de difundir los altos costos que tendrá la construcción del nuevo edificio del Parlamento.En la misma jornada, la justicia digitada desde el Palacio Quemado sentenció a dos años de cárcel a un senador opositor, cuya gestión se ha caracterizado por la fiscalización de los hechos de corrupción gubernamentales.Pareciera que el oficialismo hubiera decidido intensificar su agenda represiva de cara a la nueva etapa pos-21F, pos-Zapata y pos-boom de los hidrocarburos, una debacle que por lo visto se busca sortear con renovadas dosis de autoritarismo.Coincidentemente con los síntomas citados, el vicepresidente Álvaro García Linera inició una campaña de agresiones verbales contra la clase media boliviana, tildándola de “ignorante, racista y colonial”, lo que también parece denotar una apuesta por el radicalismo o, como dijera el hermano del segundo mandatario, una “densificación del mundo indígena”…[email protected]