Los altos cargos del gobierno del Movimiento Al Socialismo son expertos en victimización. Comenzando por el primer mandatario, quien suele decirse “discriminado” cada vez que alguien cuestiona abusos o negociados cometidos por su administración. Y siguiendo por el vicepresidente Álvaro García Linera, figura de conocida violencia verbal, quien acaba de afirmar que “quieren matar al presidente” por “buscar la igualdad”.El “vice” no da pruebas de su aseveración ni nombres de los supuestos implicados, por lo que el asunto más parece otra repetición de la manida táctica de los regímenes de la ALBA, de anunciar presuntas conspiraciones, golpes y magnicidios.La victimización es una de las prácticas centrales en los movimientos adscritos a ese bloque y a la coordinación del Foro de Sao Paulo, un mecanismo que permite dotar de una conveniente “piel de cordero” a quienes más se asemejan a victimarios de las libertades republicanas.De esta forma, cuando salen a la luz hechos de mega-corrupción que salpican al propio Evo Morales, se trata de “discriminación” por su origen indígena-campesino; o si el Congreso brasileño procesa a Dilma Rousseff por su “contabilidad creativa” y por el encubrimiento a Lula, estamos ante un “golpe de Estado de la derecha”.Habrá que recordar que los peores sistemas totalitarios de la historia también fueron victimistas y que camuflaron sus atrocidades contra grandes grupos humanos alegando que éstos eran enemigos de la nación, del pueblo o del proletariado…[email protected]