CAMPAMENTO. Más de 30 carpas se instalaron en la intersección de las calles Indaburo y Socabaya de la ciudad de La Paz. Correo del Sur.
Personas con discapacidad cumplen cien días en movilización por bono
El pedido del sector
Desde el principio de la movilización, el pedido fue claro: una renta mensual de 500 bolivianos para las personas con discapacidad. Los términos para atender la demanda estaban abiertos, pero el Gobierno condicionó cualquier apertura al diálogo a que no se toque ese punto, y por ello se frustraron varias citas.“Hemos recibido invitaciones al diálogo con condiciones, no aceptamos excluir el tema de la renta, como esas dirigencias paralelas que firmaron ese acuerdo de 42 puntos, que ya están todos contemplados en la Ley. No es nada nuevo. Están siendo intransigentes (en el Gobierno). Hemos dicho que podemos flexibilizar el monto de la renta, que tampoco es como dicen que queremos sí o sí que sea para todos. Yo, por ejemplo, tengo una calificación de 40 por ciento (de discapacidad), pero hay compañeros que necesitan asistencia para casi todas las cosas. Pero ni quieren escucharnos, tienen su versión, que somos de derecha, que queremos desestabilizar y no somos de ningún partido político, estamos reclamando un derecho constitucional, a una vida digna, a no ser postergados o discriminados”, recalca uno de los discapacitados.
La versión del Gobierno
A la llegada de la caravana a La Paz, el 25 de abril, el ministro de Economía y Finanzas Públicas, Luis Arce, transmitió a la opinión pública que “atender este desmedido bono, con las cifras que mencioné, es simplemente atentar contra los recursos del Tesoro General del Estado, contra los recursos de los bolivianos”, dijo en conferencia de prensa.Las cifras a las que se refiere Arce, son el supuesto número de discapacitados que desean el pago del bono de 500 bolivianos, el cual ascendería a 100.000 individuos, representando un presupuesto de 600 millones de bolivianos para las arcas del Estado.Sin embargo, en la actualidad y de acuerdo a la Ley 223, los discapacitados que reciben la renta anual de mil bolivianos son 22.112, que recibieron la calificación de discapacidad “grave” o “muy grave” definidas en la Ley para ser beneficiario.Si bien el proceso de calificación ha sido cuestionado por el sector, la cifra de 100.000 presentada por el Ministro parece relativa, considerando que el Censo de 2012 cuantificó 300.000 personas con algún grado de discapacidad permanente.CON VIOLENCIA“Esto no tiene precedentes, la represión a discapacitados, la de ayer fue brutal”, exclama un vecino de la zona que presenció el 26 de mayo, la arremetida de los carros Neptuno.“Deben creer que nos van a derrotar con esas expresiones de fuerza. Acá las temperaturas son bajas y están bajando más. Muchos contraen resfríos, y es duro, pero las bases y la dirigencia están determinadas, por eso también si las bases están cansadas, retornan a sus casas y en su lugar llegan nuevos compañeros. Nos acusan de romper el diálogo, pero en realidad ellos ya no quieren dialogar. La semana pasada, hemos mandado una carta al ministro (de la Presidencia, Juan Ramón) Quintana, que ya no tuvo respuesta. Esta semana vamos a mandar cartas a las Cámaras de la Asamblea (Legislativa) Plurinacional”, recalca Alí.SÓLO 22 MIL PERSONAS EN BOLIVIA RECIBEN ACTUALMENTE LA RENTA DE MIL BOLIVIANOS ANUALES
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¿Política de redistribución injusta?
¿Política de redistribución injusta?
Si hipotéticamente sólo los 22.112 beneficiarios de la renta actual de mil bolivianos anuales recibieran los 500 bolivianos mensuales demandados, esto representaría un presupuesto 132 millones de bolivianos, un monto inferior a lo presupuestado en esta gestión para pagar por ejemplo el Bono Juancito Pinto, que asciende a 465 millones de bolivianos o el Bono Juana Azurduy de Padilla, con 187 millones de bolivianos para 2016. Ambos bonos junto a la Renta Dignidad son contemplados como programas sociales de redistribución en el Modelo Económico Social Comunitario Productivo que rige las políticas económicas del Gobierno boliviano.La justificación de estos programas es acortar la brecha de desigualdad social y económica con segmentos vulnerables de la sociedad como niños, mujeres en situación de maternidad y ancianos. Estos mostraron buenos resultados desde su implementación, explica el economista Roberto Laserna, en su análisis de la situación boliviana que forma parte del libro “Pobreza, Desigualdad de Oportunidades y Políticas Públicas en América Latina”.Para el autor, la brecha de desigualdad y la pobreza actúan como un círculo vicioso: “El enfoque fundamental debería concentrar las políticas contra la pobreza en el aumento en la disponibilidad y el acceso a recursos necesarios para la sobrevivencia, porque su carencia es la que condena a las personas en un grado elevado de vulnerabilidad”, escribe.“Para nosotros se trata justamente de eso, de acortar la brecha de desigualdad, que está condenando a la exclusión a los compañeros (discapacitados). Estimamos que existe un altísimo porcentaje de analfabetismo. Yo veo cómo los niños con discapacidad, especialmente en entornos rurales o periurbanos, no van a la escuela porque requieren cuidados especiales que sus familiares no pueden costear u ocuparse directamente, porque tiene que trabajar. Por eso es nuestra lucha, por eso cuando nos ofrecen trabajo, no es una propuesta que llegue a los que realmente necesitan, aquellos que ni siquiera acceden a la educación, esto no es para los dirigentes”, reclama Alí.