La incapacidad para tener hijos a menudo es responsabilidad del hombre. Cuando no es ella la que debe cambiar de hábitos…
Una dieta desequilibrada, el estrés, el tabaco, el ejercicio extenuante o la edad son algunos de los factores que pueden afectar a la calidad del semen
Ahora bien, ¿cómo es posible que el abuelo, un honorable labriego, tuviera ocho críos lozanos y un hombre del siglo XXI, licenciado, sano, con smartphone de última generación, coche con wifi y no sé cuántos seguidores en Twitter no pueda tener descendencia? Pues, precisamente, por eso. “La calidad de nuestro material genético está influida en gran medida por nuestro estilo de vida y nuestra alimentación. Una dieta desequilibrada, el estrés, el tabaco, el ejercicio extenuante o la edad son algunos de los factores que pueden afectar a la calidad del semen”, apunta la doctora Victoria Verdú, coordinadora de ginecología de Ginefiv. Resulta que su señor abuelo, amén de que posiblemente se puso manos a la obra bastante antes que usted y de que en su huerto no brotaban pizzas precongeladas y beicon, disfrutaba en su hábitat rural de un aire puro que usted, querido urbanita, ni conoce ni lleva visos de conocer. Científicos del Instituto Nacional de la Salud (EE UU) cuantifican hasta qué punto se pone en riesgo la posibilidad de paternidad por vivir rodeado de componentes industriales tóxicos y pesticidas: entre un 17% y un 29% menos.Por si fuera poco, lo mismo se tira todo el día sentado ante un ordenador de última generación. Hace mal. La doctora Verdú advierte de que “las profesiones en las que los hombres permanecen largos periodos de tiempo sentados someten a los testículos a una temperatura más elevada de lo normal, pudiéndose producir a la larga bajadas importantes en la calidad seminal”. La doctora Mancini alarga aún más la lista de profesiones de riesgo. “El calor aplicado durante mucho tiempo al escroto reduce la calidad seminal. Afecta a conductores de larga distancia, cocineros o a quienes usan los ordenadores portátiles apoyados sobre el abdomen”.No es por amargarle la fiesta, pero vaya apagando el cigarrillo y dígale adiós a las copas. De las sustancias ilegales, mejor ni hablamos. Y haga algo de deporte a nivel normal, nada extenuante. “La obesidad masculina y, paradójicamente, también el ejercicio físico muy intenso, se asocian a una disminución de la calidad del semen. Los fumadores sufren una reducción significativa de la concentración y de la movilidad espermática, mientras que el alcohol potencia el efecto negativo del tabaco. Todas las drogas ilícitas (marihuana, cocaína, heroína…) alteran la morfología, la movilidad y la cantidad espermática”.Si cumple con todo esto pero la naturaleza se obstina en negarle la paternidad con su propia carga genética, hasta ahora la única alternativa es recurrir a un donante. Pero, tal vez, en un futuro no muy lejano la ciencia pueda obtener gametos de su propia piel. Son las conclusiones de cinco años de trabajo realizado por expertos de la clínica especializada en reproducción asistida IVI y publicado en la revista científica Scientific Reports, del grupo Nature. La técnica se basa en la reprogramación celular enunciada por Shinya Yamanaka, premio Nobel de Medicina en 2012. “Su aplicación en ratones ya ha revelado resultados exitosos. Consiste en tomar células de la piel y manipularlas genéticamente para conseguir que una persona carente de gametos propios pueda obtenerlos y tener hijos genéticamente propios”, concluye el doctor Carlos Simón, director científico de IVI.
Fuente: elpais.com