El retorno del individuo

peraltaJosé Orlando Peralta B.*La discursividad política predominante en Bolivia ha recurrido constantemente a la palabra pueblo para interpelar a las masas y tuvo éxito durante 10 años. Las necesidades domésticas del individuo no le fueron primordiales. Sin embargo, en la cotidianidad, fuera de los espacios de poder reaccionaron en cadena, y aunque de manera atomizada, mutaron en conciencia política.A pesar de los esfuerzos de la propaganda gubernamental, y los datos que corroboran la salida de la extrema pobreza de muchos bolivianos, el desgaste político del oficialismo es inobjetable. La sensibilidad política ciudadana  en el área urbana no es la misma que hace 10 años. Considerando que es un sector social que cada día crece, que accede a la información, que tiene cierta capacidad para dilucidar los temas de la agenda mediática, que sabe que la corrupción desangra, y además, no es conformista; es posible conjeturar que las promesas del oficialismo contenidas en la Agenda Patriótica 2025, después del 21F, perdieron su magia para estas. El ataque discursivo del gobierno con los medios de comunicación y algunos opositores con el denominativo cartel de la mentira, evidencia de que el referéndum agitó las aguas de las estructuras internas del MAS, les quitó la paciencia a sus elites políticas, y por ende, marcó un  punto de inflexión al proceso de cambio.Uno de los factores que explica el descontento social urbano con el proceso de cambio y algunas siglas opositoras es la desigualdad política. Sin bien todos tienen derecho a participar democráticamente en un proceso eleccionario, no todos tienen las mismas condiciones. En el partido oficialista se necesita tener un sector social movilizado para hacerse visible. Los partidos y agrupaciones del campo opositor  fingen ser estructuras modernas pero todavía viven amparadas a un caudillo. Por lo tanto, su mediación y representación partidaria son insuficientes. Las plataformas ciudadanas post 21F son una válvula de escape a esta limitación del sistema político boliviano. Son espacios nutridos por el ideario de la libertad de expresión individual, la deliberación colectiva sobre asuntos públicos, transparencia en la gestión y guerra a la corrupción.La orfandad política-partidaria sufrida por algunos sectores sociales del área urbana es una experiencia que les ha permitido madurar como individuos con capacidad crítica. En su lógica, la categoría ciudadano (individuo) sustituye a la categoría pueblo (masa), lo cual sugiere una ruptura con la ideología predominante. Ya no son los  meros consumidores del mercado, pero tampoco son los demócratas ejemplares, empero, han empezado a construir  caminos para encontrarse.*Politólogo