7 ideas para financiar tu propio negocio

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La mayoría de los hombres llegan a una edad donde no quieren seguir dependiendo de una empresa y un salario de quince y último. Es la hora de convertirse en un emprendedor, de iniciar tu propio proyecto y conseguir la ansiada independencia económica, apostando siempre a una futura prosperidad.

Pero el principal problema para dar ese primer paso, y la razón por las que muchos no se atreven a darlo, es uno solo: el dinero. ¿Cómo encontrar el dinero para financiar tu propia aventura empresarial? ¿Hay una vía mejor que otra? ¿Hay una vía que nunca deberíamos tomar?



Un estudio de la firma de consultoría financiera Augeo Consulting Group responde estas inquietudes y nos enumera las opciones más y menos viables para emprender tu propio camino en los negocios.

1. Crédito bancario

Desventajas: Conseguir un préstamos bancario es quizás una de las vías más complicadas para emprender un negocio propio, dado las tasas de interés que se cargarán a la deuda y todas las condiciones/restricciones que te imponen para solicitar el mismo.

Según el informe, solo lograrán obtener dinero a través de este cauce los proyectos muy solventes, trabajados y realistas, en los que se especifique de forma muy precisa para qué se quiere el dinero (equipos, máquinas…) y cómo se va a devolver.  Eso saca de la lista a los proyectos innovadores por ser de mayor riesgo. También, debes tomar en cuenta que la mayor parte de los negocios tardan un año en asentarse para dar ganancias. Cargar con ese peso y con una deuda bancaria puede implicar demasiados problemas para manejar.

Ventaja: Sin embargo, su principal ventaja es que el dinero llega de una fuente sólida y que se consigue de manera rápida.  Esta fórmula para conseguir fondos encaja “en negocios tradicionales, que cuente con socios con experiencia que puedan avalar y con recursos propios que sostengan el proyecto”, resalta el estudio.

2. Familia y amigos

Todo joven emprendedor puede aplicar al FFF (Friens, fools, family) como fuente de financiamiento. Eso implica apoyarse en su entorno más cercano, que puede ser también el capital humano en que te apoyas para obtener orientación y buenas ideas.

Ventajas: Este tipo de financiación permite una gran flexibilidad para devolver el dinero prestado y no exige explicaciones acerca de a qué se va a destinar. “En esta vía lo que prima es la relación personal y de confianza casi a fondo perdido entre inversores y emprendedores”, señala el informe.

Desventaja: Sin embargo, no es una fórmula solvente a largo plazo. “Suele tratarse de pequeñas cuantías de dinero y no permiten proyecciones a futuro”. Por lo tanto, esta vía está prácticamente reservada a pequeños proyectos de jóvenes e inexpertos emprendedores.

3. Subvención pública

Las subvenciones no deben verse como un financiamiento propiamente dicho sino como una ayuda, un impulso, un incentivo para comenzar tu propia empresa.

Desventajas: Escasas cuantías monetarias y rigidez en lo que se refiere a requisitos y al cobro del dinero. También suelen beneficiar determinadas áreas del comercio que van acordes con los intereses del plan de gobierno, lo cual puede limitar la creatividad y libertad empresarial.

Gran ventaja: No hay que devolver el dinero que se consigue, algo que sí exige un banco. La financiación a través de fondos públicos suele estar ligada a proyectos de nuevos empresarios, jóvenes, personas con discapacidad o en riesgo de exclusión social; ya sean negocios vinculados a la tecnología o a la innovación.

Además, son un buen aliado de carácter fiscal. Permitiendo lograr –por ejemplo- exenciones a las cuotas de la Seguridad Social.

4. ‘Business Angels’ (‘ángeles de los negocios’)

Este término describe a una de las figuras más representativas del ámbito del emprendimiento. Son inversionistas privados que apoyan un proyecto con capital, asesoramiento y contactos. “Aunque ponen su dinero, su perfil es más de empresario y mentor que de inversor propiamente dicho. Por tanto, tienen un carácter informal”, subraya el informe.

Ventajas: Más allá del dinero, estos actores tienen un valioso conocimiento del negocio y del mercado y mantendrán una relación estrecha con el emprendedor.

Desventaja: Por lo general solo participan en las primeras etapas del proyecto y entrarán en aquellos que coincidan con su propio sector e intereses.

5. Capital de riesgo

El capital de riesgo es una forma de financiar empresas que están naciendo y que no tienen un historial que permita confiar en sus resultados  (no cotizan en la bolsa) o un aval formal que garantice el retorno del capital prestado.

No obstante, los inversionistas que ponen su dinero en fondos de capital de riesgo buscan empresas que puedan crecer rápidamente y que tengan modelos de negocios innovadores (por lo tanto, que aseguren un buen rendimiento una vez que empiecen a funcionar) y que, además, estén en una etapa temprana de desarrollo. Cuando un Fondo de Riesgo invierte en una empresa se transforma en dueña parcial o accionista de ésta.

Ventaja: Se trata de “inversores solventes, con fuertes recursos y todas las garantías legales”, explica el informe. Además, como se mencionó arriba, permite ideas innovadoras, fuera de las fórmulas convencionales.

Desventaja: No se juegan el dinero en cualquier negocio. Al contrario que sucede con las ayudas públicas o con familiares y amigos, el capital riesgo sí exige que el proyecto sea rentable (aunque no tenga garantía, sí debe haber una proyección convincente) y un beneficio por la inversión realizada. Contar con un fuerte potencial de crecimiento es clave.

6. Crowdfunding (financiación en masa)

Se trata de una cooperación colectiva, llevada a cabo por personas que realizan una red para conseguir dinero u otros recursos, se suele utilizar Internet para financiar esfuerzos e iniciativas de otras personas u organizaciones.

Ventaja: La idea es buena, porque dispara el número de potenciales inversores. Gracias a internet y las redes sociales se multiplican las posibilidades de financiación.

Desventaja: Este tipo de financiamiento suele ser discontinuo y, por lo tanto, no se puede planificar. De ahí que no sirva para hacer proyecciones a futuro.

7. Préstamo participativo

En este tipo de financiamiento el dinero y el proyecto van de la mano: “El prestamista realiza una apuesta por el proyecto y une su suerte a la del emprendedor participando en él”, apunta el estudio.

Pero no se puede olvidar que quien pone el dinero encima de la mesa exige llevarse parte del beneficio obtenido y, habitualmente, el cobro de un interés fijo.

Desventaja: “Como en toda apuesta, existe una contrapartida si se gana. El mayor contra del préstamo participativo es que, en el momento en el que la empresa obtiene beneficios, parte de ellos se los lleva el prestamista”.

Ventaja: El emprendedor obtiene la financiación que necesita con la tranquilidad de saber que podrá devolver el dinero en cómodas cuotas en las primeras (y siempre difíciles) etapas del proyecto.

Para Eduardo López-Agós, responsable de emprendimiento de Augeo Consulting Group, la conclusión y el consejo general que todo futuro emprendedor debe seguir es que, “antes de lanzarse a pedir dinero, conviene pararse a pensar en cuál es nuestro modelo de negocio, porque esta simple reflexión nos puede evitar más de un disgusto y nos ayudará a dirigir nuestros pasos hacia el tipo de financiación que mejor se ajuste a nuestro proyecto”.

Con información de: Noticias.LaInformacion.com

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Fuente: untiposerio.com