Por primera vez en el Gobierno alguien se atreve a reconocer que las cosas no van bien en la economía y que la situación podría empeorar. El presidente Morales admitió el sábado en Tarija, durante su discurso alusivo al Día de la Patria, que el país atraviesa una desaceleración, con serios problemas en el empleo, la disminución de las reservas internacionales y la caída de las exportaciones.
Ha sido un semestre complicado, pese a ello, las principales cabezas de la conducción económica no han dejado de lanzar mensajes triunfalistas, lo que hace pensar que no son plenamente conscientes de lo que pasa, o tal vez caen en cuenta con algo de retraso. Por ejemplo, el primer mandatario dijo que “no es culpa del Evo que hayan bajado los precios internacionales” y en consecuencia, ahora podrán concluir también que el periodo de “vacas gordas” no fue obra de los que en algún momento se mostraban como grandes genios de la economía. Conclusión: como aquí nadie tiene culpas que asumir, tampoco hay responsabilidades qué afrontar. “Que siga el entierro”, dice un viejo chiste.
Fuente: eldia.com.bo