En alguna época, Teoría de la Dependencia mediante, el análisis marxista identificaba al Brasil como el “subimperialismo” encargado de preservar el orden pro-norteamericano en América del Sur.Abonaba esta postura la tesis de Henry Kissinger sobre los “países-llave”, diseñada para sustituir el intervencionismo global fracasado en Vietnam y tendiente a enfocar esfuerzos de incidencia en potencias regionales estratégicas.Varias décadas después, al calor del Foro de Sao Paulo pergeñado por Fidel Castro y Lula da Silva, Brasil se convirtió en el “subimperialismo” de la injerencia cubana en el continente, favoreciendo el entronizamiento de caudillos populistas sobre todo en los países productores de hidrocarburos.Ahora, tras la contracción de los precios internacionales del petróleo y el gas, más la revelación judicial de las inclinaciones cleptocráticas del lulismo, la dictadura cubana ha perdido su base de operaciones del Brasil, con lo cual el bloque autoritario-socialista de la ALBA aparece seriamente desorientado.Esto incluye bandazos diplomáticos que, en el caso boliviano, conspiran contra los intereses económicos nacionales por la preferencia de inclinaciones ideológicas claramente obsoletas y más propias de la Guerra Fría…[email protected]