El fiscal de París confirma que el ataque fallido «estaba dirigido por el Estado Islámico»

La desarticulación de un atentado en París muestra el rol activo de las mujeres yihadistas

parisParís ha estado a punto de vivir otro atentado terrorista. El intento de tres jóvenes yihadistas mujeres de hacer explotar un coche en pleno centro turístico de la capital durante la madrugada del pasado domingo, ha permitido desarticular al comando que planeaba otro ataque inminente, «teledirigido por el Estado Islámicodesde Siria», así como la detención de otras cinco personas relacionadas con el grupo. Un caso que evidencia además el cambio en el rol de las mujeres en la organización, lejos de la mirada pasiva, de víctimas, que hasta día de hoy se tenía de ellas.Según detalló hoy el fiscal de la República François Molins, Ines M., de 19 años, Sarah H., 23, y Amel S., 39, detenidas a última hora de la tarde del jueves en Boussy-Saint-Antoine, a unos 25 kilómetros al sur de París, estaban fichadas por los servicios de inteligencia y eran «receptivas a las ideas mortíferas de Daesh». Las sospechosas estaban siendo vigiladas por la Policía en lo que el ministro del Interior describió como una «operación a contrarreloj» para evitar un «atentado inminente». Cuando iban a ser arrestadas, Ines M. y Sarah H., atacaron a los agentes con cuchillos de cocina con láminas de 25 centímetros. Una de ellas logró alcanzar a un policía en el hombro mientras que Ines M. falló y recibió dos balas en la pierna. Tanto el agente como la yihadista se encuentran fuera de peligro.El fallido ataque es, para Molins, una «muestra de que la organización intenta hacer de las mujeres combatientes». «Hasta ahora pensábamos que se las había confinado a realizar tareas domésticas pero esta visión ha quedado desfasada: la organización terrorista también utiliza mujeres con las que mantienen contacto virtual», describió el fiscal.La investigación, que continúa en busca de nuevos vínculos con otros terroristas, deja ver además cómo la red de yihadistas de Francia está altamente interconectada: Sarah H., que había tratado de viajar a Siria en la primavera de 2015, tenía pensado contraer matrimonio con Larossi Abballa, el asesino de la pareja de policías de Magnanville en junio. Tras la muerte de éste, también habría estado a punto de casarse con Adel Kermiche, autor del ataque en la iglesia de Saint-Etienne du Rouvray. Su pareja actual, un hombre de 23 años también fichado y hermano de uno de los detenidos por el ataque de Magnanville, fue arrestado durante la noche del jueves.Los líos no acaban ahí: la pareja detenida el martes al comienzo de la investigación, era cercana a la novia de Amedy Coulibaly, el asesino del supermercado judío, en enero de 2015.Detrás de este nuevo proyecto de atentado, Rachid Kassim, un yihadista natural de Rouen muy activo en redes sociales que estaría enviando órdenes desde Irak o Siria. Él fue el instigador del ataque en la iglesia normanda en julio pero también de otros proyectos frustrados por las autoridades en las últimas semanas.

Una explosión en pleno centro turístico de París

La sección antiterrorista de la brigada criminal de París puso en marcha una investigación el pasado domingo por la mañana tras el incidente del vehículo. Tal y como describió Molins este viernes, las yihadistas estacionaron el auto en la esquina de la Rue de la Bûcherie con la Rue du Petit Pont, a sólo a unos metros de la Catedral de Notre Dame, uno de los puntos más turísticos de la ciudad con numerosos bares nocturnos. El coche, que no llevaba matrícula y tenía la luz intermitente encendida, llamó la atención de los camareros que alertaron a la policía: en su interior, se veía una bombona de gas sobre el asiento y varios documentos en árabe.Aunque ese primer bidón estaba vacío, la policía halló en el maletero otras cinco bombonas, esta vez llenas, tres garrafas de gasolina y un cigarrillo a medio consumir, aunque ningún detonador. Las jóvenes habrían tratado de incendiar el coche en dos ocasiones pero no lo consiguieron y huyeron al confundir a los camareros con agentes de la Policía.El dueño del coche, padre de cinco hijas, había denunciado la desaparición de una de ellas, Ines M., y temía que ésta hubiera puesto rumbo a Siria, como ya había intentado en el pasado. Las autoridades confiaban en que la joven seguía en Francia por lo que la investigación empezó el domingo por la mañana siguiendo la pista de ésta y Sarah H., cuyo ADN estaba en el vehículo. Sus mensajes mostraban la intención desesperada de atentar lo antes posible contra las estaciones de Boussy-Saint-Antoine y la Gare de Lyon en París. Esta vez no lo lograron.Fuente: www.elmundo.es