Malcorra pierde terreno

cardenasEmilio J. Cárdenas*La cuarta compulsa consecutiva entre los miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas no trajo buenas noticias para la excelente candidata argentina, nuestra Canciller, Susana Malcorra. Quedó ubicada en la séptima colocación entre los diez candidatos que aún pujan. En la segunda mitad de la tabla de posiciones, entonces. Lejos de la punta. La postergación de Susana Malcorra es ya bien evidente.Lo cierto es que Malcorra tiene ahora un voto menos a favor que los que obtuvo en la primera vuelta y que ese voto aparentemente ha  engrosado los siete votos en contra que hoy desgraciadamente cosecha. Más de la mitad de los votos le dicen: “adelante”. Y más de la mitad le dicen: “no va más”. Esa es su situación. Incómoda, pero no terminal.Recordemos asimismo que, en la primera de las cuatro compulsas ya realizadas, Malcorra obtuvo, además, cuatro votos que no expresaron opinión. No comprometidos ni a favor, ni en contra. Hoy ella tiene (con menos competidores, es cierto) tan sólo un voto que no expresa opinión. Como señal de una todavía teóricamente posible “remontada”, luce muy pobre.A todo lo que debe sumarse el hecho que, entre las mujeres que aún compiten, Malcorra ya no ocupa la punta, como sucediera en la segunda compulsa. Está ubicada detrás de Irina Bokova, que comanda la UNESCO y que también goza de enorme prestigio.A Malcorra se la tiene como la candidata favorita de los EEUU. A Bokova, en cambio, se la ve como la favorita -entre las damas, siempre- de la Federación Rusa. Ambas, obviamente, pese a ello, como cabe esperar, se proclaman como candidatas que realmente son independientes.Las mujeres sumaban la mitad de los candidatos iniciales, como nunca había sucedido en toda la historia de las Naciones Unidas, que ha elegido ya a ocho Secretarios Generales varones. Pese a que todavía puede, teóricamente, aparecer un “tapado” o una “tapada”, sumándose de pronto a la puja múltiple, no se anticipa que ello pueda efectivamente suceder.Quien encabeza las compulsas, Antonio Guterres, se ha comprometido a que el 50% de los cargos de mayor jerarquía de la ONU estén -durante una eventual gestión a su cargo-en manos de mujeres. Lo que es muy positivo y sería una manera de equilibrar su presencia, que en rigor, creció mucho durante el anodino mandato del actual Secretario General, Ban Ki-moon.A todo lo que cabe agregar que las preferencias parecerían hoy inclinarse bastante nítidamente por algunos de los candidatos varones. Especialmente por António Guterres, un ex primer ministro portugués de centro-izquierda que ha mantenido un claro liderazgo desde el inicio, de manera constante, sin fisuras de ningún tipo y que además ha recuperado el voto a favor que se le había escapado en la segunda y tercera compulsa, lo que es señal de fortaleza.Pero, cuidado, Guterres tiene dos votos de “desaliento”, que bien pueden ser de Miembros Permanentes del Consejo de Seguridad, lo que mantiene abierta las expectativas, al menos por ahora. En la primera semana de octubre ese interrogante se despejará. Si los “desalientos” no son de Miembros Permanentes, las posibilidades de Guterres serían extremadamente fuertes y la última etapa del proceso electoral podría acelerarse mucho, en su favor. Pero lo cierto es que hay que esperar.Todavía faltan, en rigor, seis compulsas más. A partir de octubre, por lo demás, se sabrá algo realmente clave, esto es a quienes apoyan -o rechazan- concretamente los cinco Miembros Permanentes (los que tienen derecho de veto) del Consejo de Seguridad. Los candidatos que aparezcan como “vetados” por alguno de ellos mostrarían una debilidad seria, bien difícil de corregir en el escaso tiempo que falta.Cerca de Guterres están, ciertamente en plena carrera, los candidatos a los que, por respeto a la tradicional rotación regional, les correspondería ocupar el cargo de Secretario General de las Naciones Unidas. Son tres. El resucitado Danilo Turk, ex presidente de Eslovenia; Miroslav Lajcak, un ex Canciller de Eslovaquia; y Vuk Jeremic, también un ex Canciller, pero en este caso de Serbia. Ellos no pueden dejar de tenerse en cuenta, porque sus posibilidades no son ciertamente menores.*Ex Embajador de la República Argentina ante las Naciones UnidasEl Diario Exterior – Madrid