«Amaya pinkillu», música de los difuntos

• Cómo cada uno de los símbolos de las «mesas» armadas en Todos Santos, la música también tiene su significado de prosperidad agrícola

En Bolivia se recuerda la tradición de Todos Santos el 1 de noviembre con el recibimiento de las almas y el 2 el Día de los Difuntos para recordar a los muertos, según consta en las tradiciones. Durante los días previos a la fiesta de los difuntos se inicia todo un afán por parte de los familiares en los preparativos como es la elaboración de las tantawawas. Sin embargo muchos desconocen la importancia de la música en este ritual, cuya función es un llamado a la época de lluvia y prosperidad agrícola según investigadores.



Denominada «alma pinkillu» o «Amaya pinkillu» (pinkillada para difunto); la música tiene un papel fundamental en la despedida de los ajayus, según explica Edwin Conde quien afirma que, «al día siguiente del retorno de ellos se los despide con música y cantos en una celebración por su grata visita y para que se vayan alegres. Pero el primer día es más solemne y se suele evitar cualquier clase sonidos y ruidos en la espera atenta de alguna clase de manifestación durante su visita».

«Esto sucede porque creen que los difuntos bajan de las montañas con la lluvia necesaria para la siembra por lo que es motivo de alegría y festejo comunitario.»––agregó –– Todo tiene que ver con el ciclo agrícola, no debemos olvidar que de eso depende que la comunidad sea próspera o no, motivo por el cual podemos remontar esta tradicón de hace milenios.

TRADICIÓN

La costumbre de recibir a los ajayus de los seres queridos se repite con algunas variaciones en la región de los Andes, pero en esencia se trata de compartir por lo menos por el lapso de un día junto a los espíritus de los seres que ya han partido.

«La fecha tiene un particular significado en el calendario agrícola-ritual del mundo andino, ya que en el transcurso de tiempo que comprende del 12 de octubre al 8 de noviembre, es el periodo que marca el final el Awtipacha o tiempo seco, para dar inicio al Jallupacha o el tiempo de lluvias».

Cuando llega el tiempo de lluvias se inicia también la siembra en los campos agrícolas del altiplano, un hecho muy importante ya que tiene que ver con el sustento de las familias aymaras. Entonces entre las tradiciones se espera a los ajayus, principalmente en el área rural, para que también las cosechas sean exitosas.

Concluyó que los grupos de sicuris también forman parte de esta tradición paceña, quienes ejecutan tonadas mientras la familia recuerda en silencio a sus familiares y seres queridos que partieron al más allá. La mezcla de las tonadas y el sentimiento general, muchas veces hace que la gente derrame unas lágrimas, para luego dar paso a la repartición de comida y panes entre los presentes.

Fuente: eldiario.net