Merkel y Hollande hablan con Putin sobre paz en Siria y Ucrania

Por primera vez en cuatro años, la canciller alemana Angela Merkel recibió al presidente ruso, Vladimir Putin, en Berlín, en busca de lograr avances en la crisis en Siria y el conflicto en Ucrania.

Angela Merkel y Vladimir Putin en Berlín

Angela Merkel y Vladimir Putin en Berlín



Antes de mantener la conversación con Putin sobre Siria, Merkel y Hollande buscaron junto con el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, volver a revivir el proceso de paz en el este de Ucrania, estancado desde hace tiempo. En la antesala del encuentro, el Gobierno alemán trató de rebajar las expectativas de que arroje resultados concretos.

Ante la Cancillería protestaron activistas en favor de los derechos humanos con unos 100 osos de peluche con vendajes empapados de rojo, contra la muerte de niños en Alepo. En otra acción de protesta fueron ondeadas banderas ucranianas. Antes de su viaje a Berlín, Hollande dijo en París tras un encuentro con el jefe de la organización civil siria «Cascos Blancos» Raed al Saleh que, junto con Merkel, intentarían conseguir una prolongación del alto el fuego en Alepo. El objetivo es conseguir un «acceso humanitario» a la ciudad, explicó el Palacio del Elíseo.

Por segundo día consecutivo, y antes del encuentro en Berlín, los aviones rusos y del Ejército sirio cesaron hoy los bombardeos sobre Alepo. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos y activistas desde zonas rebeldes en Alepo reportaron solamente combates en el frente.

Dos guerras propiciadas o mantenidas por Rusia: Ucrania y Siria

El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, señaló que espera solo pequeños avances de la cumbre. Se trata de que el alto el fuego pactado para Ucrania sea más seguro y estable. «A veces ya es un éxito en sí mismo no dejar que se produzca una escalada», consideró.

La anexión de Crimea por parte de Rusia en 2014 y el respaldo de Moscú a los separatistas en la guerra civil en el este de Ucrania condujeron posteriormente a un enfriamiento de las relaciones con Occidente.

Por su parte, en el este de Alepo se encuentran atrapados entre 250.000 y 300.000 civiles que sufren escasez de alimentos y muy escasa atención médica, sobre todo después de que varios hospitales fueran bombardeados en las últimas semanas.

JOV (dpa, n-tv)

 

Fuente: www.dw.com