Un novel de la paz

alvaro-riveros-okÁlvaro Riveros TejadaTras el sorprendente resultado del plebiscito colombiano, que negó la ratificación del acuerdo de paz firmado en Cuba por el gobierno del presidente Juan Manuel Santos y las Fuerzas Revolucionarias de Colombia (FARC), y cuya tácita aprobación estaba dada por hecha, al haber sido hábilmente camuflada con una engañosa pregunta de aprobación o desacuerdo por la paz, el pueblo colombiano supo advertir y rechazar esta argucia, pese a una elevada abstención electoral del 62%.Sin embargo, aún más sorprendente que la victoria del NO fue la otorgación casi inmediata del Premio Nobel de la Paz al perdedor de la consulta electoral, hecho que reavivó las dudas sobre la imparcialidad del Comité de Noruega, país cuyo Parlamento define la entrega de este galardón y, conjuntamente con Venezuela, Cuba y Chile, son los garantes del proceso de paz con las guerrillas de las FARC.De ahí que no nos sorprende la connivencia de este Comité con esa izquierda internacional decadente, que ha visto en el proceso de paz colombiano la coyuntura para reanimar boca a boca al socialismo agonizante de estas latitudes, por la rapaz y corrupta gestión de los regímenes populistas que se mimetizaron bajo esa ideología. Fue entonces que el premio de marras, que ya estaba conferido antes del plebiscito, llegara a manos de su recipiendario.Bajo esa óptica política y, sin el ánimo de menospreciar sus valores y virtudes, no es exagerado inferir la preferencia que primó para la concesión del mismo galardón a “camaradas” como: Pérez Esquivel o Rigoberta Menchu, tampoco es de extrañar que se haya desechado el premio previamente nominado, a la guerrilla y a cinco víctimas del conflicto armado, para que este sólo recaiga en el presidente, pues de lo contrario, habría sido como entregar el próximo Nobel de Economía a Maduro, por sus esfuerzos en el proceso de poner fin a la hambruna de su pueblo.Entretanto, a la luz de lo acontecido en el plebiscito de la semana pasada, es bueno destacar la conducta de los intervinientes en el pacto, al desechar todos los actos de violencia que irresponsablemente se presagiaron, de triunfar el No en la consulta, y abrir de forma rápida la puerta a “ajustes y precisiones” dirigidos a satisfacer las demandas de los votantes victoriosos, como la entrega de niños soldados, búsqueda de desaparecidos en combate o en cautividad, sustitución de los cultivos de coca ilícitos y, lo más importante, un control férreo al narcotráfico, la principal actividad de estas guerrillas en la actualidad.Ahora que el Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha anunciado también la firma de un acuerdo de paz para este próximo día 27 de octubre, sólo nos resta esperar que todos estos esfuerzos consoliden un verdadero proceso de paz en el continente, alejado de esa falsa retórica populista que ha llevado al fracaso a muchos países hermanos, sólo así seremos dignos de un genuino Premio Nobel de la Paz y no sólo ser, un novel de la paz.