Agua, ese gran igualador

karen-ok1Karen ArauzVer al Presidente surcar los cielos en estribaciones de la cordillera, sobrevolando en su rojo helicóptero los nevados e inspeccionar las lagunas que por años de años han almacenado el agua que se deriva a la planta de tratamiento, para que La Paz tenga agua, están secas. Sin anestesia. No hay agua. Punto. Hasta ahí el ánimo colectivo se arrastraba por las secas y ya polvorientas calles de La Paz. Evo Morales, al mejor estilo de los descubridores del Dorado, se enfrentó a la prensa con un gran anuncio. “He” descubierto una laguna totalmente virgen. Los paceños que han perdido hasta su sombra, debieron alegrarse. Tratamos con poca fortuna, encontrarle rasgos portugueses o castellanos a su semblante, para equipararlo con los rudos expedicionarios de los últimos cinco siglos.Gran frustración que su imagen sólo refleje, un caudillo de capa caída, falaz, sectario, obsesionado con permanecer en el poder el mayor tiempo posible, para lo cual se ha dedicado sin pausa, a erigir monumentos para su gloria y homenaje. La credibilidad de la administración masista, está como las lagunas. En las últimas, secas, erosionadas y sin visos de recuperación. A estas alturas, dos millones de personas de la sede de gobierno y El Alto, están cayendo en cuenta, que lo menos que están experimentando, es agresión e irrespeto. Y mucha mala leche.Con ese simplismo que los caracteriza, han encontrado en el calentamiento global imperialista la mejor excusa para su total incompetencia. Es cierto que los cambios climáticos están preocupando a todo el mundo. Pero, parece que con la suerte que nos caracteriza, el calentamiento global sólo está afectando al occidente boliviano. No hemos oído lamentos chilenos, ni peruanos, ni ecuatorianos, sólo para mencionar a nuestros vecinos también andinos. Claro que esos países no están ampliando la frontera agrícola para cultivar más coca. Y menos invadiendo reservan nacionales para depredar lo que hallen a su paso. Esto se llama simple y llanamente incompetencia. Hace mucho que sospechábamos que las prioridades para el manejo del país, estaba desvariando. Prefiero ni siquiera tomar en cuenta la construcción de su “algo” nuclear en el altiplano alteño. Los dos mamotretos en construcción tanto el nuevo palacio presidencial irónicamente llamado Casa del Pueblo, y la espectacular torre para el Legislativo, es un gasto en tiempo, recursos y esfuerzo, cercano a lo inverosímil. ¿Alguien puede decir para qué esa Asamblea necesita una ampliación de esa magnitud? Si para levantar la mano y aplaudir a los ministros cuestionados no necesitan más espacio del que tienen. Hablar de museo, canchas, coliseos con capacidad para tres veces la población circundante, amén de aeropuertos en la mitad de la nada y los miles de millones de dólares despilfarrados en no sabemos qué, ya es redundante. Todo el país lo sabe.El intocable ministerio de información y propaganda, no tiene siquiera la capacidad de comunicar a la población situaciones como la actual. Pero bueno, es obvio. Si el mismísimo Presidente se ha enterado gracias a los odiados medios de prensa y las redes sociales de la situación, qué podemos esperar. Las declaraciones en las últimas horas, se dividen entre que las cisternas y las lluvias son la solución. Si hubieran tenido la capacidad necesaria, el agua existente se podría haber cuidado y siempre hablando al pueblo de frente y con la verdad, no estaría la sede del gobierno en la crítica situación en la que se encuentra. Y el descontento va in crescendo. Es absolutamente lógico, que la gente se haya dado cuenta, que es una irresponsabilidad absoluta y lo peor, es que la profusa propaganda gubernamental, llene cientos de segundos en la televisión, propagandeando Mi agua 1, 2, 3. Es tan irracional como irresponsable, no admitir que la empresa estatal de agua, nunca previó la real situación. Y sin moverse un milímetro de su costumbre, los ministros hallan en algunos comunicadores y un par de políticos de oposición, la excusa perfecta pues no tienen la hidalguía de reconocer que no cuentan con apoyo profesional entendido para lidiar con el tema. Todo queda en familia. Todos giran de un lugar a otro, sin tener la mínima preparación y conocimiento técnico. Primero muertos que reconocer que han fallado. A la ministra del ramo, la encumbraron ellos. Y a Epsas, la crearon ellos. Y pusieron su gente. No hay escapatoria.Mientras tanto, la ciudad de La Paz y El Alto, se pueden convertir en horas en un polvorín si continúa la provocación. El agua tan ligada a la génesis de este gobierno, puede ser lo que desencadene una debacle difícil de remontar. La soberbia extrema y las amenazas veladas vía judicialización, están dejando de surtir efecto. Más les valdría un mea culpa genuino y veraz. Se hace cuesta arriba, pensar que tengan siquiera la capacidad para bajarse de la nube de divinidad en la están trepados ya por once años. Once largos omnipotentes pero falibles años.