El desabastecimiento de agua en la ciudad de La Paz y en otros puntos del país es mucho más que un problema coyuntural. No se trata de malos manejos eventuales a cargo de las personas equivocadas. Tampoco es un fruto del “capitalismo global y el cambio climático”, chivos expiatorios favoritos del evismo.No. Lo que estamos viendo es el comienzo de la crisis del modelo estatista surgido a raíz de las demagógicas “guerras del agua” de Cochabamba y El Alto.A partir de entonces, se anularon licitaciones que daban concesiones privadas y se entregó el tema a empresas estatales conducidas por los mismos “guerreros del agua”, varios de los cuales demostraron ser avezados cleptócratas.Algo similar pasó en la Venezuela bolivariana, donde la estatización del rubro condujo a una escasez tal del “líquido elemento” que el fenecido caudillo de la boina roja tuvo que instituir por cadena nacional el “baño del comandante Chávez”, consistente en “un minuto para mojarse, un minuto para enjabonarse y un minuto para remojarse”.Mientras tanto, en Santa Cruz de la Sierra, donde los servicios básicos fueron obra de cooperativas privadas creadas por los mismos cruceños sin mayor concurso estatal, se registra la mejor provisión de agua de todo el país…[email protected]