El parto cesáreo y la evolución de la especie

Francesco Zaratti¿La salida de Evo Morales, concebida democráticamente el 21 de febrero, será mediante parto natural o cesáreo del siglo XIX?Las especies han evolucionado en tiempos largos, millones de años; sin embargo, en la naturaleza suelen ocurrir cambios acelerados a causa de la intervención de agentes externos o eventos críticos. Fue el caso del meteorito que extinguió abruptamente a los dinosaurios hace 65 millones de años, dejando cancha libre al desarrollo de los mamíferos. Es también el caso del cambio climático, producto de la acción del hombre en los últimos tres siglos. Asimismo, un estudio reciente, a cargo de científicos austríacos, demuestra la influencia del parto cesáreo en el incremento de altura y tamaño del hombre moderno.La «cesárea” no tiene que ver, etimológicamente hablando, con Julio César sino con el verbo latín «caedere”, que significa cortar y se refiere al corte practicado en el vientre de la parturienta para extraer al feto.Una revisión somera de la historia médica nos lleva a destacar dos aspectos relevantes: el primero es que hasta la segunda mitad del siglo pasado la cesárea era una práctica extrema, cuyo fin era salvar la vida del niño en una situación de riesgo de vida de la madre; y la segunda es que hoy en día esa técnica de alumbramiento es cada vez más popular. El primer aspecto se explica por el riesgo que conllevaba cualquier cirugía en la era previa a la aparición de la anestesia y de los antibióticos. Consecuentemente, fetos muy desarrollados tenían menor probabilidad de nacer vivos que bebés de tamaño reducido. Al margen de los avances de la medicina, intervienen hoy otros factores que favorecen el incremento de las cesáreas, como el psicológico (parir es sinónimo de dolor, a veces dolor extremo y de riesgo); la irreversibilidad de esa práctica (una vez realizada, todo parto sucesivo debe ser cesáreo); la estructura ósea de muchas mujeres de hoy con caderas más estrechas y poco aptas para el parto natural y, no última por importancia, la siempre más tardía edad a la que las mujeres dan a luz. Adicionalmente, la sed de lucro de clínicas y ginecólogos incrementan innecesariamente la tasa de cesáreas, tasa que en América Latina llega al 40%. (¡En Brasil hasta 56%!).Independientemente de esos y otros factores, el estudio concluye que la práctica masiva de la cesárea está modificando demográficamente a la humanidad. En palabras sencillas, hoy nacen niños de mayor tamaño y, por tanto, la humanidad tiende a incrementar en promedio su estatura y peso, modificando a la genética. ¡Se trata de una acelerada y universalmente comprobada evolución de la especie!Desde luego, existen otras causas que contribuyen a este resultado. La mejor alimentación (en calidad y cantidad) y la práctica del deporte potencian el desarrollo físico. Son mejoras que, de alguna manera, se registran en los genes. A su vez, ese logro incide en la elección de la técnica del parto, cerrando el ciclo. Finalmente, para no seguir aburriéndolos con la ciencia, permítanme una aplicación de esos avances científicos a la «salida” de los gobiernos democráticamente elegidos. Hay salidas naturales, habituales en los países democráticos, pero hay también salidas «cesáreas” cuando por su «tamaño” (de ego, de interés, de ansia de poder o miedo) un gobierno se resiste a dejar el poder vulnerando la Constitución. Pienso en Alberto Fujimori, cuya «cesárea”, 25 años después del autogolpe, sigue cobrando factura al Perú. Pienso también en Nicolás Maduro, que se resiste a salir del vientre de la madre-democracia por el conducto regular, exponiendo ese cuerpo a una «cesárea” de consecuencias imprevisibles. Apuesto a que usted, lector avispado, se estará preguntando: ¿la salida de Evo Morales, concebida democráticamente el 21 de febrero, será mediante parto natural o cesáreo del siglo XIX?Página Siete – La Paz