Franz Rafael Barrios GonzálezHecho público el desabastecimiento de agua, la negligente administración pública plurinacional: 1) Destituyó o, en realidad, «recicló» a sus «compadres» de las entidades de prestación y regulación sectorial en tema agua; 2) Nos dejó a la suerte de que llueva (o no), «danza» de por medio; 3) Y tan solo prometió obras tardías (“a mediano y largo plazo”) que NO garantizan el inmediato y necesario aprovisionamiento del recurso hídrico, que es indispensable para la vida.En otras palabras, una gran mayoría de bolivianos estamos SOBREVIVIENDO a una crisis vital, efecto de una negligente administración pública, regida por el transeúnte oficialismo del MAS, que en una década permitió -por acción u omisión- que Bolivia se «seque». Y se preocupó por garantizar “el derecho de aprovechamiento de aguas” (Art.111, Ley 535) de las empresas mineras, y en grandes volúmenes para sus operaciones, ¡antes que para la población!El masismo en función (o «inquilinato») de Gobierno, cómodamente, bajo un fofo discurso ONGeríl (que tanto critica), intenta transferir su responsabilidad al «cambio climático» o a las «(des)variaciones hormonales» de la Pachamama («otra clase está», Vice dixit). Fenómeno que no sería del todo “extraño”, sabiendo que en estos últimos 10 años, la vienen prostituyendo a sus saqueadores transnacionales (mineras, etc.). De hecho, sería algo así como la reacción que causa el consumo de la pastilla «del día después» en el organismo de una mujer, tras sistemáticas violaciones. “Pastilla” dotada, en la presente analogía, por el «cafisho» Gobierno.Pero el pueblo boliviano y el concierto internacional son testigos de que este Gobierno, bajo el espejismo de una «bonanza económica», nos condujo a la presente crisis vital, porque: Derrocha el millonario presupuesto en obras faraónicas para la administración pública, en canchas de césped sintético en medio de «oasis» y adjudicadas a la misma constructora, en aeródromos «internacionales» (mal hechos) cuyos poblados son de baja densidad, en programas o fondos como “Bolivia Cambia Evo Cumple” o Fondioc para que sus huestes hurten y/o malversen, entre otros. Y no en obras primarias, integrales y sostenibles, de servicios básicos; o en todo caso, no en la magnitud que hubiese evitado la presente crisis vital.Ahora bien. Tomando en cuenta que el agua es un derecho humano reconocido mediante la Resolución 64/292 de la ONU y, a su vez, un derecho FUNDAMENTALÍSIMO PARA LA VIDA, según la Constitución boliviana de 2009. El crimen de lesa humanidad (Art.7, Estatuto de Roma), como «acto parte de un ataque generalizado o sistemático» mediante el cual se «exterminare» (por inanición, deshidratación, etc.) a la población civil dentro del territorio boliviano, en el presente caso, se configuraría como efecto: 1) Del desabastecimiento devenido de ‘GRAVE CULPA’ por parte de la administración pública y sus Máximas Autoridades Ejecutivas que en una década no quisieron prevenir y evitar la presente crisis vital; lo que comportaría ‘DOLO’, a efectos de adecuar la conducta al tipo referido, e incluso en concurso con asociación delictuosa y otros. 2) Asimismo, se configuraría, por el hecho de proveerse agua, ya sea por cañería y/o cisternas de forma racionada bajo cronogramas (incumplidos y mal informados, por cierto), en nociva o tóxica calidad para la vida e integridad física del consumidor, por la ausencia de controles de la improvisada actuación de la administración pública.Y finalmente. Se debe señalar que, como efecto de la presente crisis vital, es altamente posible, que cierta porción de la población -hoy afectada- se vea forzada a trasladarse (migrar) de su hábitat hacia otros lugares, bajo el temor de que si permanece, podría volver la carestía del recurso hídrico, por la ausencia de condiciones en el corto y mediano plazo (según anunció la administración pública). Y si la presente inferencia les parece “una exageración”, ¡la podemos discutir en la Corte Penal Internacional!