¿Está Francia preparada para Marie Le Pen?

Marine Le Pen confía en atraer suficientes votantes disgustados del centro para que la impulsen a la presidencia.

Conferencia de prensa de Marine Le Pen.

Conferencia de prensa de Marine Le Pen.



Hace frío y las manos de Lauren Salles están ateridas de repartir folletos con la cara de la líder de la extrema derecha Marine Le Pen. Hace cuatro años, Salles pertenecía solo a la base del partido Frente Nacional (FN). Ahora es concejal de este suburbio antiguamente comunista, que deja entrever la torre Eiffel en el horizonte. Algunos viandantes pasan por delante y se detienen a recoger el folleto. «Ha cambiado la forma en que nos ve la población», explica Salles, que se unió al FN hace tres décadas cuando tenía 16 años:»Nos ven menos conflictivos porque ya no hay tanto temor. Nos ven en acción como cargos electos”. 

Esta vez, el partido quiere llegar a la mayoría con la esperanza de que los votantes elijan a Le Pen como la primera mujer al frente de Francia. Aunque el FN ya fue anteriormente un elemento clave en la política nacional, otros expertos también advierten la mayor aceptación que tiene ahora el partido. «Hace cinco o seis años, muchos votantes no se atrevían a decir en las encuestas que votarían por el Frente Nacional”, explica el experto en extrema derecha Jean-Yves Camus. «Hoy, aunque el FN no haya cambiado demasiado en temas como identidad nacional, inmigración o xenofobia , son más sinceros al contestar”, dice a DW.

En defensa del populismo

Durante una reciente entrevista con medios extranjeros, entre ellos DW, Le Pen esbozó sus prioridades de cara a la presidencia, que incluyen la renegociación de la pertenencia de Francia a la Unión Europea y la celebración de un referéndum tipo «Frexit» en los primeros seis meses en el cargo, además de la recortar el número de parlamentarios para reducir las estructuras de Gobierno. 

Lauren Salles a la caza de votantes para el FN.

Lauren Salles a la caza de votantes para el FN.

También defendió el populismo en Europa y Estados Unidos: «¿Son los que quieren defender el Gobierno del pueblo, para el pueblo y en nombre del pueblo?», preguntó Le Pen, que  fue una de las primeras políticas europeas en felicitar al presidente estadounidense Donald Trump por la victoria:
«Si ese es el caso, acepto ser llamada populista».  Le Pen culpó a la UE por la crisis en Ucrania y dio la bienvenida a posibles relaciones de acercamiento entre EE.UU. y Rusia bajo la presidencia de Trump. «No quiero guerra entre Estados Unidos y Rusia por una razón muy egoísta, estamos en medio», dijo apuntando a una alianza entre Francia, Rusia y Estados Unidos para combatir el extremismo islámico.

Un nuevo look para derecha

Sin duda, la campaña presidencial de Francia será una de las más observadas este año en Europa. Le Pen intenta canalizar la ira de los votantes por la difícil situación económica, el aumento de la inmigración y el Islam militante. Muchos predicen que Le Pen liderará la primera ronda de votación de abril, pero que, probablemente, perderá la segunda vuelta frente al candidato de centroderecha Francois Fillon.

Estos pronósticos recuerdan a los resultados de  2002, cuando su padre, Jean-Marie Le Pen perdió ante Jacques Chirac en lo que parecía ser  un referéndum contra el extremismo. Sin embargo, la joven Le Pen es mucho más popular que su combativo padre. Ha pulido los bordes extremistas del FN convirtiéndolo en una opción más aceptable para los votantes convencionales. «Por lo general, los partidos de extrema derecha están dirigidos por hombres», explica el analista Camus: «Ahora es una mujer de cuarenta y tantos años que se presenta como una figura moderna y que no solo atrae al votante mayor blanco, sino también a las mujeres jóvenes».

¿Tiempo de cambio?

Según Camus, la investigación actual sobre un supuesto fraude de los asistentes del FN en el Parlamento Europeo  -algo que Le Pen calificó como oportunismo político- no servirá para mermar sus apoyos. «Al votante medio del FN No le gusta mucho la UE y eso podría ser una ventaja”, explica.

En el mercado de Suresnes, Salles ha encontrado a otro posible votante. Aunque no esté de acuerdo con sus políticas económicas, el informático Olivier Nicolás dice que se plantea votar a Le Pen. Cree que Francia debería  limitar la inmigración y controlar más sus fronteras.  También cree que Le Pen tiene «integridad». «No creo que gane», explica a DW: «Hay una barrera porque los medios etiquetan al FN como extrema derecha, aunque defienda más o menos las mismas ideas que el centro derecha de los noventa”.

Evelyne Nodex, otra compradora de 59 años, explica a DW que cree que Francia está lista para el cambio.»Izquierda, derecha, es lo mismo», dice sobre las principales alternativas . «Las cosas están estancadas y nunca hemos tenido al Frente Nacional en el poder, ¿por qué  debería ser peor?».

Fuente: www.dw.com