Pay Diamond sigue operando, pese a la intervención del Estado

En diciembre del año pasado, el SIN y la ASFI clausuraron varias oficinas relacionadas con esta firma, que dice está constituida, con sede mundial y única, bajo las leyes de Hong Kong. Los socios dicen que las autoridades solo podrían prohibir las operaciones si clausuran internet



Dos socios de Pay Diamond aseguran que en pocos meses han ganado mucho dinero con poca inversión

En esta historia hay personas que aseguran haber sido tocadas por la fortuna. Hay un joven de no más de 25 años que dice que en un año ha ganado $us 700.000 y otras personas que afirman que se están haciendo millonarias. En esta historia también existen dos instituciones: Impuestos Nacionales y la Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), que han lanzado una alerta y actuado de oficio para decirle al país que abra los ojos y que no sucumban al fraude de Pay Diamond, una compañía no registrada en Bolivia, que carece de matrícula de comercio, pero que, con base en promesas de ganar un dinero creciente y rentable, ha tenido el poder de que una masa enorme le abra la billetera.

El negocio del diamante
Pay Diamond es una firma que asegura dedicarse a la minería de diamantes, que fue fundada por un ciudadano brasileño de nombre Carlos Cesar Luiz y que, en Bolivia, opera desde hace dos años sin ningún tipo de registro o permiso ante la ASFI ni Impuestos Nacionales.  
La forma de operar consiste en que Pay Diamond invita a las personas a invertir en su negocio, con planes de inversión que van desde $us 400 hasta $us 3.600 (ver infografía en página 4), con ganancias del 5% durante 25 semanas y la devolución del capital y utilidades mayores por ejecutar, un llamado marketing multinivel que consiste en recomendar a otras personas a que se sumen al negocio.   

En resumen, la empresa se dedica supuestamente a la compra de piedras en bruto, las pule, las talla, las lapida, las convierte en diamante, y finalmente, las revende a seis veces su precio. Para ello, utiliza el dinero que sus ‘socios’ le entregan con absoluta confianza. Según testimonios de personas relacionadas con este movimiento económico, existen ya 80.000 socios en Santa Cruz y 170.000 en todo el país.

El cierre de oficinas
La ASFI fue una de las primeras instituciones que puso en alerta a los bolivianos. Su directora, Ivette Espinoza, recomendó que no se debe invertir en firmas que no tengan licencia de funcionamiento de la ASFI ni registro comercial NIT, puesto que se corre el riesgo de ser víctima de una estafa piramidal.
La ASFI lanzó un dato: si bien admitió que la estafa piramidal no está en el ordenamiento jurídico del país y no hay normativa para sancionarla, la estafa como tal está tipificada y sancionada por el Código Penal.

Entre el 19 y el 22 de diciembre de 2016, el Servicio de Impuestos Nacionales (SIN) clausuró 32 sucursales de Pay Diamond y organizaciones similares como Seven Oportunity, Bit Coin, Comercio Electrónico Pay Diamond, Comercio Electrónico Seven Oportunity, Two Bitcoin, Inversiones Pay Diamond, Global Clube, Líderes sin Límite y Airbit Club- Two Bitcoint en Santa Cruz, Cochabamba, Potosí, Sucre, Tarija, El Alto y Oruro.

El negocio sigue
Jonathan Orellana ingresó a Pay Diamond hace un año y un mes. Apostó por el paquete de 400 dólares. Hizo el esfuerzo para conseguir el dinero. La promesa que le hicieron fue que cada semana, y durante 25 semanas, recibiría 20 dólares. Al cabo de ese tiempo le preguntaron si quería que le dieran un diamante o que le continuaran pagando los 20 dólares por el mismo tiempo. Él prefirió el diamante y le dijeron que era necesario que pagara $us 500 por si la gema, que le entregaron en Buenos Aires, se perdía en el camino. 

Sus ganancias, que según él ya superan los $us 700.000, son gracias a que se dedicó a reclutar a otras personas que también aportaron con su dinero y que, a su vez, convencieron a otra gente. Jonathan tiene un teléfono móvil en la mano y a través de él entra a la cuenta personal que tiene como socio de Pay Diamond. Ingresa con una clave y luego de que lo hace muestra que en ella tiene un fondo de $us 190.000 por concepto de ganancias que ha obtenido por su esfuerzo en desarrollar el marketing de multinivel. Pero ese monto fue mayor, enfatiza, y dice que ha superado el medio millón de dólares, dinero que ha ido sacando con una tarjeta que se llama Euro Change que Pay Diamond se la ha enviado del exterior y que él ha invertido en la compra de casas, de vehículos y en nuevos paquetes de Pay Diamond.

Junto a Jonathan está Pastor Huanca. Ambos no solo le restan importancia a las medidas que están adoptando la ASFI e Impuestos Nacionales, sino que aseguran que Pay Diamond sigue y seguirá operando en el país porque se trata de un negocio virtual que no necesita de oficinas porque las transacciones se las realiza por internet. 

Según ellos, la ASFI y el SIN tendrían que clausurar internet para evitar que Pay Diamond siga operando y reclutando nuevos socios en Bolivia, puesto que al ser un negocio virtual, según ellos, no se necesita que la compañía cuente con un espacio físico ni esté anotada en el registro de comercio. 
 Según Orellana y Huanca, lo que el SIN y la ASFI han clausurado, se trata de oficinas que fueron instaladas por personas particulares dedicadas a reclutar nuevos socios o para capacitar sobre las técnicas del márketing multinivel. 

EL DEBER accedió a varios testimonios de personas que han depositado su dinero en Pay Diamond y repiten lo que les dice a menudo, que se está viviendo una revolución financiera y que todo esto puede parecer irreal, porque todo mundo está acostumbrado a vivir del sueldo. 

El presidente del SIN, Mario Cazón, dijo que el Estado debe precautelar los derechos de la ciudadanía y cuidar la economía de la población, por lo que se efectuaron las tareas de control en un trabajo interinstitucional encabezado por el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas y el Viceministerio de Política Tributaria, puesto que al no estar estas organizaciones legalmente constituidas, no existen jurídicamente en Bolivia. También aclaró que, durante 2015 y 2016, la Aduana Nacional no registró ningún ingreso al país de los diamantes que Pay Diamond dice dar como parte de pago a los socios que lo deseen. Por eso, las autoridades creen que el capital económico del ciudadano boliviano está en riesgo y pidieron no dejarse sorprender por este tipo de ofertas. 

Según la ASFI, se conoce como estafa piramidal a la modalidad de fraude utilizada por empresas no sujetas al ámbito de supervisión, control y regulación o personas individuales, mediante la cual se hace creer a personas que al entregar dinero o sus ahorros pueden obtener muy buen rendimiento, y que hasta la fecha esta actividad es conocida también como células de abundancia, círculos de prosperidad, bolas solidarias y otros. 

Las estafas piramidales, según la ASFI, siempre terminan en quiebra, porque son fraudes estructurados sobre modelos de negocios no sostenibles y que requieren de atraer a un grupo exponencial de participantes, quienes, al incorporarse, deben entregar dinero para beneficiarse de la compra de un producto a precios menores o de intereses sustancialmente mayores a los de mercado.

Por lo general, el beneficio económico de la estafa piramidal para la empresa y los vendedores no proviene exclusivamente de la venta o servicio distribuido a los consumidores finales, sino de la incorporación de nuevos participantes.

EL DEBER buscó comunicarse con Felipe Campos, a quien señalaron como representante en Bolivia, a través de un correo electrónico que facilitaron los socios de la compañía y también visitó las oficinas de Global Club donde, según testimonios, capacitan a las personas para el negocio, pero no fue posible encontrar respuesta. “Felipe Campos está de vacaciones”, dijo una fuente y tanto Orellana como Huanca señalaron que las oficinas de Global Club están cerradas porque también  se declaró en descanso por fin de año. EL DEBER también le solicitó una entrevista por correo electrónico al director general de Pay Diamond, Carlos C. Luiz, y recibió una respuesta en la que pedían que se envíen las preguntas. Las respuestas a las mismas no llegaron a EL DEBER hasta el cierre de estas páginas.

EL DEBER solicitó en abril del año pasado un certificado a Fundempresa, la concesionaria del Registro de Comercio de Bolivia, entidad que después de revisar los datos de inscripción en el registro de comercio acreditó que el nombre de Pay Diamond no se encuentra registrado como empresa ni sociedad alguna.

El 15 de agosto del 2016, el director general de Pay Diamond, Carlos C. Luiz, publicó una nota de prensa a escala nacional en la que decía que la compañía está debidamente constituida,  con sede mundial y única, bajo las leyes de Hong Kong, que mediante esta aclaración el nombre de la empresa solo se la autorizaba para la divulgación de sus actividades comerciales. Además, señaló que demandará judicialmente a todas las personas involucradas por el uso no autorizado de la imagen de la compañía.

La convocatoria
Si bien el negocio se consolida y de-sarrolla por internet, el reclutamiento lo han venido haciendo a través de visitas personales y de convocatorias masivas en recintos populares. EL DEBER acudió a uno de ellos,  donde había por lo menos 500 personas y decenas que se quedaron afuera por falta de espacio. Adentro había un público emocionado, alentado por varios oradores que subían a la tarima para decir que en pocos meses Pay Diamond había cambiado sus vidas, que se habían comprado coches de lujo y la casa de sus sueños, que habían viajado a varios países y que incluso en el territorio nacional solo se mueven en avión y que sus billeteras ahora estaban llenas de dinero. Aseguraban que ahora eran personas independientes, dueñas de su tiempo y que no había fronteras para convertirse en millonarios.

Un hombre vestido con un terno oscuro se abrió paso con aires de exitoso. Contó que casi no llega a tiempo a este evento, que hace unas horas estaba en Buenos Aires, que se había hecho dejar por el avión, pero como tenía dinero de inmediato se compró otro pasaje y así es que ahora estaba aquí, dando su testimonio de que en esta vida tener plata es muy importante y que esa posibilidad se la daba Pay Diamond. Su público lo aplaudía y le sonreía. El hombre, vestido con un traje oscuro, elevaba la voz y pedía que levantaran la mano quiénes querían llegar a ser ricos como él. La gente levantaba las dos manos, se miraban unos a otros y decían que sí, que querían ser como él, que estaban dispuestos a invertir sus ahorros o a prestarse de sus parientes. 

Ante esta realidad, el Estado boliviano ha salido al paso para sugerir no caer en posibles fraudes, puesto que el proceso de las estafas piramidales o de multinivel es generalmente lento y silencioso al principio, hasta que los organizadores consolidan la base de los primeros inversores. A estos siguen otros y otros que van pagando con sus depósitos los beneficios prometidos a los primeros depositantes. En este juego, los organizadores de la cadena se van convirtiendo en millonarios porque los beneficios se multiplican en la medida en que la pirámide va creciendo en una proporción exponencial, lo que, al cabo del tiempo, hace insostenible mantener el modelo de negocio.

Pero varios socios no se sienten aludidos y continúan reclutando nuevos interesados

Fuente: eldeber.com.bo