Sacudirse las cenizas y volver a empezar, la misión del pueblo arrasado por llamas en Chile

Foto: Reuters
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Escaparon con vida de una “bomba” que aniquiló su ciudad, pero se preparan para enfrentar lo peor: levantar de entre los escombros Santa Olga y muchas otras poblaciones chilenas que han sido reducidas a escombros por los feroces incendios, reseñó AFP.

Rescatar una alcancía con monedas, reconocer entre las cenizas un adorno traído de un viaje o encontrar a un gato que se temía muerto: son las pequeñas alegrías que vivían este viernes los habitantes de Santa Olga –a unos 350 kilómetros al sur de Santiago- al volver a esta pequeña urbe destruida.



“Perdimos todo, pero salvamos al gato que está un poco quemado pero sobrevivió”, comenta a la AFP Herti Azoca, de 13 años, mientras ordenaba algunas vasijas de cerámica que habían sobrevivido a las llamas que transformó en amasijos de concreto su casa.

Unos metros más allá, la maquinaria pesada traída por el gobierno comienza a remover chapas, trozos de concreto y columnas, los restos de una ciudad que se ardió como una pira en unas horas en la madrugada del jueves.

Ayudados por voluntarios, vecinos que sortean los diez kilómetros que separan Santa Olga de Constitución, donde se refugiaron de las llamas en albergues o casas de familiares, aprovechan para vacunarse del tétano en puntos instalados por las autoridades, alarmados por la cantidad de material cortante presente en el lugar.

“Somos la nada misma, esto quedó en el suelo. La faena era toda forestal acá, perdimos nuestras casas y toda nuestra vida”, dice a la AFP Carla Pinto, con lágrimas en los ojos mientras observaba el trabajo de los voluntarios.

Más animado, Ricardo Catalán admite que es una gran tragedia pero que su comunidad “no está muerta”. “Todo se va construir de nuevo, los trabajos van a volver, los árboles van a ser verdes de nuevo porque llega el invierno y nos ayuda”, con el agua bendita que cada año es más escasa en Chile.

Bosques ennegrecidos de eucaliptus y pinos -que resisten estoicos de pie pese a estar carbonizados por las llamas, que ya consumieron más de 360.000 hectáreas en el país, rodean la zona que sigue bajo intensas nubes de humo y hacen difícil respirar.

Los expertos advierten que reparar el daño al ecosistema podría llevar años, incluso más de una década.

Sobrevivir sin hogar

A diez kilómetros de Santa Olga, el pueblo de la región del Maule que simboliza el drama desatado por los incendios forestales en el centro y sur de Chile, Nelson Pinilla sentencia: “sobrevivimos a una bomba de fuego”.

“Salimos con lo puesto, pero salvé a mis dos perritos. Mi caballo está quemado, pero no está muerto y lo único que busco es ayuda para curarlo”, comenta a la AFP el joven empleado forestal, como muchos de sus vecinos perdieron sus animales y sus herramientas de trabajo.

Unas 500 personas están albergadas en el centro de Constitución en centros de enseñanza, hasta seis familias comparten un salón de clase. Los colchones que pudieron salvar de sus casas y otros distribuidos por las autoridades sirven para descansar de varias noches sin dormir.

Santa Olga “parece un pueblo fantasma” y lo que queda ahora es esperar que “nos den un terreno y ayuden a levantar nuevamente las viviendas”, dice Guido Higuera, quien está en el albergue con su esposa y sus dos pequeñas hijas, una de ellas con problemas respiratorios por el humo que emana de los incendios.

A varias cuadras del centro de albergue, los perros y otros animales rescatados de los lugares siniestrados –muchos de ellos con quemaduras- son atendidos por veterinarios.

La presidenta chilena, Michelle Bachelet, anunció en las últimas horas que su gobierno dará apoyo financiero a las familias que perdieron sus viviendas y bonos para los agricultores y ganaderos que perdieron a sus animales, mientras se espera más ayuda internacional para combatir el fuego.

En el país se registran 119 incendios, de ellos 65 todavía sin control, según los últimos datos del gobierno.

Fuente: lapatilla.com