‘La señora Zapata es una mujer del poder’
Entrevista: Eduardo León, Exabogado de Gabriela Zapata.Eduardo León, exabogado de Gabriela Zapata (ex pareja del presidente del Estado, Evo Morales), tras salir de 11 meses de encierro en la cárcel de San Pedro de La Paz, en contacto con El Día, describe algunos entretelones del bullado caso “Zapata”, que aún no termina de esclarecerse.P. ¿A más de un año del caso Zapata, qué podemos decir?E.L.: Jurídicamente este caso tiene varias aristas y se basa en la generación de la prueba que lógicamente debe salir de la esfera política. En este caso no se ha podido evitar esa evidente contaminación política que no permite y no será así para establecer la verdad material de los hechos.P. ¿En qué momento usted llega a ser abogado de Zapata?E.L.: Antes del 21 de febrero de 2016 (día que en el país se lleva adelante el referéndum para establecer la repostulación del presidente Evo Morales) no fui abogado de la señora Zapata; yo ingresé a su patrocinio a fines del mes de marzo, cuando ya se conocían los resultados de la consulta ciudadana y las repercusiones políticas.P. ¿Alguien lo contactó para que sea abogado de Zapata?E.L.: Fue Wálter Zuleta (abogado también de Zapata, hoy prófugo) quien junto con otras señoras me pidió poder hablar de patrocinar a esta señora Zapata.P. ¿Para qué tipo de defensa?E.L.: Yo fui contratado sobre todo para atender el caso de investigación de enriquecimiento ilícito de la señora Zapata y en el caso del menor (supuesto hijo de Evo Morales) fui de apoyo legal; mi participación se limitó a apoyar a los otros abogados. Prácticamente ingresé en medio juicio.P. ¿Estaban seguros o había dudas de la existencia del niño?E.L.: La señora Zapata fue quien sostuvo en todo momento este extremo. Yo en ningún momento me salí de los márgenes de lo que sostuvo esta señora por lo que ella es la única responsable de sus afirmaciones.P. ¿Hubo presión política?E.L.: Claro que sentimos presión política por los medios de comunicación en el afán de desnaturalizar los hechos y aquello se tradujo en mi posterior detención ya que el entonces ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, señaló de forma pública que yo me estaba jugando la vida con este caso. Más presión que esa creo no hay.P. Usted, por entonces, había reafirmado la existencia de un niño. ¿Logró conocerlo?E.L.: Soy abogado y debo apoyar mis declaraciones a derecho. En ese sentido, jurídicamente, cuando usted tiene el acta de reconocimiento y el certificado de nacimiento para la vida del derecho, esa persona existe al no cursar ninguna prueba en contrario. Vale decir, mientras no exista el certificado de defunción o de nulidad de los documentos públicos, ni tampoco una declaración de ausencia o presunción de muerte, por lo que para el derecho: esa persona existe.P. ¿Usted pecó de ingenuidad profesional en esta historia?E.L.: Yo no creo se haya pecado de ingenuidad y menos de carácter profesional. No es que uno pueda creer o no en la versión de una persona. Tiene que cumplir su función en lo que establece la ética profesional y principalmente las funciones que debe cumplir un abogado. En ese sentido nosotros hemos respondido a lo que la cliente quería, vale decir la señora Zapata es la única responsable de los argumentos que yo haya sostenido en su momento.P. ¿Conoció o tuvo contacto con la supuesta tía?E.L.: A la supuesta tía y a todos los familiares de la familia de Gabriela Zapata, yo los conocí de manera muy esporádica, jamás tuve contacto con ellas. En ese sentido, las pruebas que supuestamente fueron armadas, hay que ver hasta dónde lo serán, son elementos que están en investigación. Pero en lo que hace a mi caso, yo simplemente he cumplido con mi labor profesional.P. ¿Fue una trama montada como dice el Gobierno?E.L.: Yo no creo que haya habido un montaje de parte del Gobierno y la señora Zapata. La cosa está clara: la señora Zapata es una mujer del poder, el poder la ha engendrado y la ha parido. Ella ha nacido, ha vivido y va a morir en este y con este poder.P. ¿Se siente víctima de un entuerto político?E.L.: Evidentemente he sido una víctima de esta circunstancia, no como coyuntura política, sino por una situación donde se tocan intereses de alto nivel, pues los actos contra una persona son evidentes, o sea, o la matas o encarcelas. En este caso yo tenía que ser asesinado; me salvé por mucha mera casualidad.P. ¿La señora Zapata fue desleal con usted?E.L.: Sí. Creo que la señora Zapata fue desleal en la medida en que ella misma no pudo de ninguna manera sostener una verdad. Ella negoció la verdad por algunas migajas de complacencia del poder o de perdón que desde el poder se le puede dar. Fue desleal porque ella ha realizado una combinación con abogados, jueces y fiscales para tener un resultado jurídico que en ese momento yo desconocía. A eso se le llama traición, deslealtad y falta de valentía para sostener lo que dijo, no a mí, sino al país.P. ¿Le pagó los honorarios por sus servicios, la señora Zapata?E.L.: Teníamos un convenio de que la señora Zapata debió pagarme los honorarios. Pero ella siempre me ofreció con terrenos y otras garantías, pero al final me enteré que el Sr. Wálter Zuleta manejaba los dineros de la señora, pero este jamás nos canceló.P. ¿En qué momento se distanció de la señora Zapata?E.L.: No había distanciamiento como tal, dado que había un trabajo que estaba realizando, pero cuando se le exigió que no se podía sostener una prueba concreta, material y objetiva sobre lo que ella afirmaba, nos ponía en serio riesgo no solamente nuestra actividad profesional, sino que ella misma se ponía en evidencia. Pero como se vio, que ella mostró ser cuán mujer del poder es, que prefirió sostener una verdad insólita hasta el momento que nosotros fuimos aprehendidos, ahí terminó todo.P. ¿Qué lección le deja esto?E.L.: El país sabe que desde el inicio hemos dado la voz de alerta sobre lo que sucedía en algunos actos concretos con el tema del Fondo Indígena, el caso que involucraba al exteniente Jorge Clavijo (con relación a la muerte de la periodista Hanalí Huaycho), todo ello provocó susceptibilidad en las altas esferas del Gobierno, derivando en mi detención preventiva para someterme a los designios del poder. Yo siento que ha habido no solamente un ensañamiento, sino una tortura sistemática, orientada incluso a acabar con mi vida, a los extremos de mayor ataque que se ha dado a una persona del país. Trataron de aleccionarme de la forma fascista en mi contra.EL DÍA