Autoridades náufragas

José Luis Bolívar Aparicio*Tres muy buenos amigos deciden hacer un viaje a ultramar, a mitad de la travesía la embarcación en la que viajaban naufraga, y los tres terminan abandonados a su suerte en una isla desierta.En su afán de sobrevivencia comienzan a explorar la isla en busca de agua y alimentos, de pronto, dan con una lámpara muy parecida a la del cuento de Aladino.Absolutamente incrédulos uno de ellos decide probar suerte y la frota para ver si tenían la misma fortuna del vendedor de alfombras. Pues sí, la misma suerte les sonríe, a los pocos segundos y en medio de mucho humo de colores apareció un genio, que con una voz de trueno les dijo: “Soy el genio de la lámpara, y le voy a ceder 3 deseos al que me saque de mi encierro, pero como ustedes son tres, voy a concederle un deseo a cada uno”.Sorprendidos y sin poder salir de su asombro, el más despierto de los tres acomete ordenando al bigotudo de turbante y pies de humo: Quiero que me mandes a Miami, con un millón de dólares y 10 mujeres hermosas sólo para mí. Al instante el mismo aparece en una cama del Holiday Inn, frente a las playas de Miami, rodeado por 10 hermosas damas y una maleta con un millardo de la moneda americana a su disposición, su felicidad no tenía límites.En la isla, los dos restantes no pueden dar crédito al cómo de pronto su amigo desapareció en un instante y el segundo le increpa al genio: Yo quiero estar en Fiji, pero con 10 millones de Euros y 50 mujeres hermosas. En una fracción de segundos la brisa de una playa paradisíaca soplaba sobre la cara de quien con asombro veía a 50 preciosuras y las maletas rebosantes de dinero europeo.Fue el tercero quien al quedarse solo tuvo más tiempo para reflexionar cuando se esfumaron sus amigos y ante la oportunidad de hacer su pedido, sintió que debía hacer el mismo con más análisis y conciencia.Se dijo para sí, mientras uno de mis amigos esta en Miami con 10 mujeres y un millón de dólares, el otro está en Fiji con 50 mujeres y 10 millones de dólares, yo acá arruinado en esta isla, muerto de sed y cansancio y con un solo deseo para pedir. Que se arruinen exclamó. Quiero que los traigas a los dos de vuelta conmigo!!!Muchas veces sin darnos cuenta, la envidia y la avaricia, ambos terribles pecados capitales, no nos permiten ver adecuadamente la realidad. Nos enceguecen, entorpecen, e influenciados por ambas somos capaces de cometer los peores errores, cuyas consecuencias posteriormente nos provocan arrepentimientos fatales.En este momento, dadas las actuales circunstancias, y de acuerdo a las medidas que parece que van a tomar los inversionistas de la nueva Terminal o Estación de Buses de la ciudad de Oruro, puedo ver dentro de 10 años un edificio abandonado, derruido, destrozado por el abandono y a todos los habitantes de la Capital del Folklore echándose la culpa los unos a los otros del porqué no supieron aprovechar tan linda infraestructura y siguen haciendo uso de los servicios de una terminal de buses que por el mismo descuido y desatención va a ser la peor muestra de la ineptitud de las autoridades y su desidia a la hora de tomar determinaciones por el bien de todos.Las autoridades nacionales, sobre todo el señor vicepresidente del Estado Plurinacional, se desgañita casi hasta la ronquera reclamando a lo que según él, es una empresa privada pigmea, incapaz de realizar inversión acorde al crecimiento de la economía nacional y del gran momento por el que atraviesa la inversión pública para el crecimiento de nación.En por lo menos en tres oportunidades ha asistido a reuniones y otros actos de la CAINCO, FEGASACRUZ, CAMEX y la Confederación de Empresarios Privados de Bolivia, reclamando que sean más valientes, arronjados y atrevidos a la hora de impulsar con sus recursos la marcha de los Evonomics del iluminado Ministro de Hacienda.Cuando ingresó el actual gobierno allá por el 2006, un discurso bastante alentador sugería que en unos 20 años, Bolivia iba a ser la Suiza sudamericana. Hace unos días, nuevamente el segundo hombre al mando del país dijo que dentro de 10 años, Chile nos iba a mirar desde abajo (económicamente hablando, quiero pensar) y que vamos por buen camino.Frente a esas esperanzas (verdaderamente quisiera que se hagan realidad), uno se pregunta si estamos haciendo lo adecuado para que tanto buen deseo se fructifique, o ¿es que estamos esperando encontrar una lámpara maravillosa en esta isla desierta de acciones y sólo repleta de palabras?No existen en nuestro país, autoridades capaces de hacer respetar las Leyes a favor de la inversión privada. La misma sólo es tomada en cuenta cuando uno de estos empresarios o tiene negocios con el Estado o es realmente afín al proceso de cambio.Las autoridades municipales o departamentales oficialistas, sólo sirven para dar lugar a las obras que va a llevar adelante el gobierno en perpetua campaña electoral, y muchas veces ni así son capaces de hacer bien las cosas. Prueba clara de ello es el teleférico de Oruro, que comparado con la velocidad que se ejecuta su instalación en La Paz es realmente digna de lamentar.El Estado es aún peor, no solamente no da seguridad jurídica a los empresarios privados, pues cuando no van con la línea gubernamental, no solo los amenaza además los destroza de tal manera que los hace desaparecer del mapa y terminen exiliados en el extranjero, destruyendo sus empresas y aniquilando miles de fuentes de empleo, basta con ver a Aerosur o Enatex como ejemplos claros de esa política.Más de un millón de dólares se gastó el señor Presidente para dar una “charla” en el Waldorf Astoria a dizque cientos de empresarios (sin contar los muchísimos que se habían quedado afuera sin poder ingresar porque ya no quedaban cupos) a los que quiso convencer de que inviertan en Bolivia. No vino ninguno, ni uno solo, ni de turismo. Y no fue porque Bolivia no sea interesante para la inversión, sino porque con situaciones como las de la nueva Terminal de Oruro, ¿Quién puede animarse a venir a Bolivia a colocar un solo peso si no hay una autoridad que haga respetar su propuesta?De todos modos, más allá de la anomia de autoridad y derecho que existe en nuestro país, está la sociedad, que debería, por soberanía, ser la que haga respetar la inversión privada, pero no porque haya gente con plata que quiera ganar más plata, sino porque la población tiene el derecho inalienable de procurar vivir bien y cada día vivir mejor.Es un derecho, y los orureños lo deben hacer manifiesto y con autoridad y rebeldía, hacer uso de su nueva Terminal o Estación de Buses, porque le brinda mejor servicio, porque le va a dar a su capital una nueva cara frente a su ciudadanía y sobre todo al turista que llega a su ciudad y lo primero que ve ahora es un lugar que no refleja la estampa del bien nacido en la tierra de Sebastián Pagador.*Es paceño, stronguista y liberal