Después de escuchar a cientos de reclusos, el investigador plantea que las prisiones se conviertan en centros productivos para favorecer la reinserción.
Sergio Mendoza / La Paz
La ley señala que el propósito de encarcelar a alguien que cometió un delito, más allá del castigo, es «rehabilitarlo y reinsertarlo en la sociedad. Pero la realidad es distinta. Los centros penitenciarios se llenan de reincidentes y se han convertido en «universidades para delincuentes.
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Para el psicólogo e investigador del sistema penal José Manuel Pacheco la solución consiste en dar a los reclusos trabajo, educación y salud. La propuesta, según explica, salió de los mismos internos, de escuchar a 842 de ellos, hombres y mujeres, y conocer su realidad durante tres años (2013, 2014 y 2015).
¿Qué le impulsó a realizar este estudio?
Un motivo fue la preocupación por la inseguridad ciudadana, ocurre que hay mucha gente privada de libertad que vuelve a reincidir en el delito. Quise saber si la norma se cumple en realidad, ésta se basa en la rehabilitación a través del trabajo y el estudio, eso dice la Ley 2298.
Me propuse entonces escuchar a quienes están tras las rejas y ver cuánto de trabajo y estudio hay ahí dentro.
¿Qué sacó de ese trabajo?
Sus propuestas. Ellos están dispuestos a progresar, pero les falta los medios, los espacios. Proponen, por ejemplo, que se garantice el consumo de lo que producen en las cárceles, porque no tienen mercado. Lo que hacen sólo compran los mismos funcionarios de la prisión, sus familiares o algún abogado.
También piden facilitar el ingreso de sus materiales de trabajo porque en las puertas hay mucho recelo. En ellos hay un compromiso por dedicar su tiempo en algo productivo.
También está el tema educativo. Apoyan la formación de los internos no sólo a nivel básico, sino también técnico superior y licenciatura, algo que prácticamente no existe y en lo que según la misma ley las universidades públicas deberían estar presentes.
Se debe promover la actividad cultural y social que posibilite encuentros con la ciudadanía. Mirá que en Germán Busch, una cárcel en Cobija, los sábados entran boxeadores amateurs a boxear con los reclusos, una gran idea que debería darse de forma más seria y cuidadosa, debía ser parte de una política.
Dentro de las cárceles hay muchos que escriben, dibujan, hacen esculturas, cosas impresionantes que nadie ve y que deberían promocionarse.
Usted hace mucho énfasis en el trabajo, en el estudio…
Yo estoy a favor del trabajo de los internos, porque no es posible que muchos estén tirados rascándose. Mucha gente afuera dice que los penales son un paraíso, pero es que el Estado no trabaja para que los reclusos trabajen.
La misma Ley 2298 (artículo 186) dice que la administración pública debería comprar los productos de los privados de libertad. Nadie ha leído la ley, los ministerios no deberían comprar de China, aquí tienen los mejores productos, muebles, alfombras y pan.
¿La producción en las cárceles podría abastecer la demanda de la administración pública?
Quizás no toda, pero si juntas los brazos de todo el sistema penitenciario estoy seguro que cubriría gran parte. Si las autoridades harían caso a la ley tendrían que comprar de ahí y así apoyar a la reinserción.
¿Hacer de las cárceles centros productivos en vez de centros parasitarios?
Tendría que hacerse. El Estado debe trabajar este tema para que las cárceles no se llenen de gente como tú dices «parasitaria. Hay gente productiva que necesita materiales, mercados y reinsertarse.
¿Cómo anda el tema de la salud en las cárceles?
Es igual que afuera, pésima. Requieren más profesionales, hay muy pocos médicos para una población inmensa.
Se estableció que la mayoría de la población penitenciaria tiene buenas aptitudes psicológicas para reintegrarse a la sociedad, es una minoría la que necesita tratamiento psicológico, pues tienen un perfil psicopatológico.
Hicimos encuestas, cuyos resultados nos sorprendieron. En las cárceles hay un buen estado de ánimo, pese al encierro la mayoría tiene la esperanza de salir y rehacer su vida. Lo que falta es afecto. Hay muchos que no saben qué es el amor, no tuvieron cariño, hombres y mujeres, no se encontraron con alguien que los haya reconocido como personas, la mayoría fue vapuleada, discriminada, maltratada, abandonada.
Trabajo, educación y salud, ¿esto garantizaría la reinserción?
Sí. Lamentablemente los administradores del Estado priorizan otras cosas, pero si priorizaran el trabajo, la educación y la salud yo te aseguro que las cárceles pueden despoblarse.
Esto significa contratar a profesionales que sepan de la problemática, no improvisar o incorporar a mi amiguito del partido político. Se necesita gente que sepa y garanticen que la sociedad recibirá a gente en mejores condiciones de las que entraron, no en peores.
Como Estado ¿vale la pena invertir en la reinserción?
La inversión para la reinserción no se compara a la que se hace en otros rubros. En 11 años se gastó millones de dólares en transmisiones deportivas del Presidente.
Cada vez hay más presos, las gobernaciones pagan el consumo de agua, luz y comida, es decir que cada vez se necesitará más dinero para mantener las cárceles.
¿Qué impide implementar las recomendaciones que, por ejemplo, usted hace?
Los grupos de poder que se conocen como consorcios de jueces, fiscales y abogados son el principal obstáculo.
Los privados de libertad saben que son un negocio para estos grupos, cuantos más reos haya, mejor irá el negocio.
Por otro lado, los ministerios desconocen la normativa. Tenemos un país donde la ley dice una cosa, pero se hace otra.
Su libro titula ¿Ángeles, demonios o personas?, ¿cómo responde a esa pregunta?
Hay una mayoría de personas que cometieron tremendos errores en su vida, los cuales deben pagar en prisión y reincorporarse a la sociedad.
Creo que hay un porcentaje reducido de «demonios, hablando en sentido figurado, ellos son los que necesitan tratamiento especializado porque tienen problemas clínicos.
Quizás haya un «ángel por ahí, pero yo no lo encontré.
HOJA DE VIDA
- Inicios Pacheco nació en La Paz en 1973. Estudió Psicología en la UMSA y Comunicación Social en la UCB
- Trabajo En 2003 publicó En medio del infierno, un estudio sobre reos jóvenes. Es consultor en justicia penal
Fuente: paginasiete.bo