José Orlando Peralta B. / Politólogo IIES.JOM.UAGRMLa política se analiza en términos de procesos constitutivos o procesos desconstutivos porque lo que se busca conocer son los puntos de ruptura que generan las pugnas de proyectos políticos articulados por sujetos sociales (Zemelman, 1998). Bajo esta premisa me planteo dos preguntas que, supongo, la tienen en la cabeza millones de ciudadanos bolivianos: ¿Se está gestando un proyecto político alternativo al MAS para el año 2019?, ¿Cumplió su ciclo el proceso de cambio como proyecto político?Lo que evidencian las acciones y discursos los actores políticos del campo opositor es que no hay indicios de constituir un proyecto político constituido por sujetos sociales, pues se limita a la “re-unión” de determinados personajes que tienen llegada mediática a nivel nacional, con el simple objetivo de reciclarse políticamente. Los enunciados que apelan a la unidad y la defensa de la institucionalidad política y judicial ante el avasallamiento del gobierno nacional son la excusa perfecta. Eso demuestra la presentación pública de un bloque de ex presidentes, ex ministros de Estado, y actuales gobernadores y alcaldes, con el objetivo de emitir una declaración conjunta denominada “Acuerdo por la democracia y la libertad”.Por otro lado, el oficialismo ha identificado, en aquello, una oportunidad para revivir los clivajes derecha-izquierda, pueblo-oligarquía. De esta forma, empieza a oxigenar su discurso anti-neoliberal que tanto éxito le dio en el pasado. Esto le beneficiará para justificar ante los sectores populares afines la cuarta postulación consecutiva de Evo Morales, y así poder articular su proyecto político. No obstante, en relación a los votantes indecisos, el desgaste de su gestión pública por las denuncias mediáticas de corrupción en los mandos medios, y el desconocimiento del carácter vinculante de los resultados del 21F, son factores que desacreditan su discurso político.Me atrevo a conjeturar que asistimos a una coyuntura pre-electoral donde, por un lado, la élite de gobierno pugnará por mantener el control del poder, pero antes, establecerá el medio por el cual legalizará la cuarta postulación de Morales. Por otro lado, probablemente se tejerán alianzas insospechadas entre actores políticos conocidos que buscarán reciclarse para volver a ejercer el poder. Como el proyecto y el bloque tienen historia política sus debates se limitarán a ser un juego de acusaciones y contraacusaciones, si es que los hay.La democracia entendida como régimen donde se respeta la participación plural está siendo afectada por el reciclaje político, la democracia entendida como límites institucionales al poder está siendo afectada por el afán de la re postulación. Si los acontecimientos siguen el curso que hasta ahora estamos viendo, no se augura ninguna novedad para el 2019. Parece que la sociedad boliviana padece de ciertos hábitos como es legitimar la continuidad de los liderazgos de tipo caudillistas, muy difíciles de transmutar.José Orlando Peralta B. / Politólogo IIES.JOM.UAGRM