Lo que significa el eterno traje azul de Macron

El nuevo Presidente de Francia ha abrazado un estilo de vestir sobrio y económico para adaptarse a su propio relato.

Emmanuel Macron

Ganó el hombre del traje azul y Europa y Twitter, ese otro continente, respiraron aliviados. La posibilidad de que ganara la mujer del traje azul estaba en el aire, pero Francia formó un frente común para evitar el avance de la ultraderecha y, pese a la abstención, le salió bien. Se ha logrado tanto que Macron gane como que Le Pen pierda. España, toma nota: se pueden formar frentes comunes.

No nos desviemos: hoy es la noche de Macron y contribuiremos a sus minutos de gloria. Miremos a este hombre, más Justin Trudeau, mucho más, que Albert Rivera. Vemos a un político francés serio vestido de político francés serio. Francia no es país para bromas, ninguno lo es. Si buscamos en Google Images hay un 90% de posibilidades (de acuerdo, no es un dato científico pero casi) de posibilidades de que aparezca con un traje azul. El 10% restante aparece con un polo azul en una portada de Paris Match. Estas dos prendas son piezas de su relato porque lo que tiene Macron, además de una formación extraordinaria, voluntad de ganar y un buen sentido del momentum, es un buen relato.

Emmanuel Macron siempre ha llevado traje. Si se trabaja en la Banca Rothschild, si se cierran acuerdos con Pfizer, si se trabaja con Hollande, si se entra cada mañana en el Elíseo, el traje es como el móvil: incuestionable. Comenzó usando dos piezas exquisitos y caros de Lagonde, pero cuando su carrera política comenzó a ponerse seria tomó una decisión curiosa: llevar ropa más barata. Esto, para un francés bien situado, es un trago. Macron vio que si quería apelar a todos tendría que vestir bien, algo que no le costaba trabajo pues venía bien vestido de casa. Pero había que tener cuidado: no debía hacerlo como Bernard Arnault, un prohombre de la patria que también le ha apoyado, por cierto. Fue entonces cuando acudió a Jonas et Cie, una firma que viste a políticos con gusto y sin excesos. Fue un gesto y la política está hecha de ellos. Con su consistencia estilística, Macron lanza un mensaje: control y burguesía tranquila. También recurre a un valor que nunca sobra: salud. Los trajes le sientan bien porque tiene cuerpo de tipo sano. Existe una atracción genética hacia lo sano. Sin embargo, aunque el mensaje europeísta ha sido medular en su campaña, la recurrencia al dos piezas azul no lo refuerza. Según Isabel Jiménez, profesora de Unión Europea de la Universidad de Sevilla, su estilo es más «Rothchild que europeísta. Demasiado pulcro”. Demasiado sobrio para un tipo que no llega a los 40 años.

Miremos a este hombre, más Justin Trudeau, mucho más, que Albert Rivera

Macron, a veces, pocas, se permite alguna locura: lleva polos. El polo es el uniforme del ejecutivo joven, ese que también es Macron, porque además de tener relato, este hombre tiene muchos perfiles. El polo que llevó en la portada del Paris Match en el que aparecía de vacaciones con su mujer era de la firma francesa Vicomte A. A la marca le tocó la lotería mediática cuando él, entonces político emergente, la eligió. Con esta prenda aprovechó y lanzó dos mensajes: control hasta saliendo del mar y Vive la France. Vestir una marca francesa (¿Ralph Lauren? ¿Ese señor quién es?) es una declaración de intenciones. Que fuera un polo económico (en torno a los 50€), también. Un Lacoste (demasiado previsible, él es nueva política) ronda los 90.  Para un francés, la ropa es un tema serio.Para un francés serio, también, pero quizás Macron anoche estaba demasiado solemne. Compareció ante los franceses vestido con el combo: traje oscuro + camisa blanca + corbata oscura. Eligió el cuello francés, más formal que el italiano. El encaje de las prendas era perfecto y cultivaba eso tan galo llamado lujo sobrio, pero el resultado era algo fúnebre. Macron tenía cara de plegaria atendida.Fuente: revistavanityfair.es